Durante el 2017, 2018 y 2019 se ha observado una tendencia de incremento de temperatura de las precipitaciones, que tiene un impacto en los cultivos, especialmente en el arroz, lo que ha originado bajas en la producción de los agricultores lambayecanos y problemas en las industrias molineras.
El especialista en Gestión del Riesgo de Desastres Naturales, Carlos Balarezo Mesones, señaló que esto se debe a la abundancia de agua, exceso de calor y a la aparición de plagas como la hoja blanca; condiciones que están asociadas al cambio climático. “Si no se toman las medidas correctivas, con un asesoramiento técnico, la situación se va a poner muy grave”, añadió.
En ese sentido, señaló que el Estado tiene una tarea pendiente, pues debe capacitar constantemente a los hombres de campo. Por ejemplo, en cuanto a dejar de lado los insecticidas que están totalmente prohibidos. No obstante, es el Ministerio de Agricultura y Riego el que debe liderar esta actividad a través de la Gerencia Regional de Agricultura; así como el Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), agricultores, productores, juntas de usuarios y comisión de regantes.
Para hacer frente a esta problemática, es necesario que la población, sobre todo, los agricultores se adapten a los cambios, como lo está haciendo un sector del distrito de Mochumí; donde se está sustituyendo el arroz por los arándanos. De igual manera, se pueden sembrar otros cultivos más rentables y que no corran el riesgo de ser afectados, acotó.
Asimismo, Balarezo Mesones, mencionó que la caña de azúcar y el algodón también se han visto perjudicados por las lluvias, pero lamentablemente esta información no es procesada de manera conveniente. “El Niño Costero, es un fenómeno que no ha sido bien estudiado, nosotros seguimos insistiendo en ese tema, y eso nos debe preocupar porque una situación parecida se podría presentar el siguiente año”, agregó.
Manifestó que podría existir una relación entre los años lluviosos y el incremento de algunos metales pesados en el área de subsuelo, por ejemplo el arsénico y plomo identificado en los distritos de Mórrope y Pacora. Sin embargo, aún no se ha llevado a cabo una investigación profunda para determinar si es o no correcta la hipótesis expuesta. “Solamente se está analizando de manera técnica y viendo los efectos, pero no hay un estudio del origen”.
Por otro lado, el especialista precisó que en el Valle Chancay, existen aproximadamente 80 mil hectáreas de arroz, de las cuales hasta la fecha 15 mil hectáreas han sido afectadas por el tema de la salinización.