Cultura
Publicado el Lunes, 25 de Noviembre del 2019

Un siglo de crímenes a golpe de Dizzy Gillespie y Armstrong

Walter Mosley se alzó con el Premio RBA de Novela Negra.

 Walter Mosley (Los Ángeles, 1952) se alzaba el año pasado en Barcelona con el Premio RBA de Novela Negra con “Traición”, una obra en la que el escritor presentaba a su nuevo detective: Joe “King” Oliver. ¿Y de quién tomó prestado el nombre? “Era el maestro de Louis Armstrong. Lo llamo así porque el jazz es la mejor manera de enfrentarse a los problemas de nuestra sociedad. La vida de mi personaje es como la de Armstrong: tiene esposa y una vida feliz, hasta que un día se ve envuelto en un delito, se le condena y entra, tras ingresar en la cárcel, en una situación desconcertante y oscura. Es como [el pianista] Thelonious Monk”, explicó.

El escritor de cabecera de Barack Obama, según reconoció el mismo expresidente de Estados Unidos, es el último representante de los grandes novelistas que han mezclado en sus tramas asesinatos, misterio e investigaciones policiales con el jazz, desde que la Original Dixieland Jazz Band de Nick La Rocca grabó el primer disco de esta música en 1917. Ingredientes todos ellos que se han encontrado con naturalidad en otros escritores del siglo XX, desde americanos como Chester Himes, Raymond Chandler, Malcolm Braly, David Goodis y Nat Hentoff, a europeos como Boris Vian y Jean Patrick Manchette, sin olvidar a españoles como Ferrant Torrent, Andreu Martín y el Premio Príncipe de Asturias 2013, Antonio Muñoz Molina.

Este último se hizo famoso con una novela en la que mezclaba estos dos mundos: “El invierno en Lisboa”(1987, Seix Barral).

Suscríbete a La Industria

Disfruta de nuestro contenido a diario