El sábado 23 de noviembre, el ferreñafano e integrante del Comité Cívico de Apoyo a la Cultura de Chiclayo, Eduardo Ruiz Robles, observó con mucha pena como la casona, que en su momento le perteneció a la familia Aurich, ubicada en la calle Nicanor Carmona, se encuentra en un estado de absoluto abandono, cuando pudo ser conservada o restaurada por su belleza arquitectónica.
Ruiz Robles indicó que la misma desdicha, corren las puertas, ventanas, muros y pisos de una casona ubicada en la calle Unión; lugar donde funcionó el Banco de Crédito del Perú. De igual manera, entre las calles Francisco Gonzales Burga y Bolívar existe un inmueble que le perteneció a la Asociación de Agricultores de Ferreñafe, que está totalmente deteriorado.
Lamentablemente, el desinterés de las autoridades al patrimonio cultural, permitirá que a mediano o largo plazo, no quede ningún indicio de estas edificaciones sumamente importantes, como sucedió con una casa de la calle Grau (cerca al mercado central); donde según mencionan los historiadores, se acuartelaron las tropas de Patricio Lynch durante la guerra con Chile, añadió.
RESPONSABILIDAD
De acuerdo a la Ley Orgánica de Municipalidades, los gobiernos locales tienen la responsabilidad de custodiar y vigilar los restos arqueológicos, monumentos artísticos e históricos; así como colaborar en su restauración y conservación.
Por tanto, Eduardo Ruiz, precisó que debería ser la comuna ferreñafana, quien brinde la iniciativa y convoque a las instituciones de la sociedad civil ligadas a la cultura para que con el asesoramiento técnico de las universidades de la región Lambayeque y especialistas en el tema, se elabore una propuesta que ponga en valor el patrimonio.
“El progreso de las ciudades, no consiste solamente en pistas y veredas asfaltadas o de construcciones a base de fierro, ladrillo y cemento, también se tiene que restaurar y conservar todo aquello que le da personalidad y singularidad a una ciudad histórica, como Ferreñafe, que además contribuye al turismo”, concluyó.