Un templo ceremonial de la época Formativo Final, concebido como una estructura megalítica o de grandes bloques de piedra de 3,000 años de antigüedad, fue descubierto en el complejo arqueológico Huaca El Toro, en el distrito de Oyotún, donde además se hallaron 21 entierros.
“En este lugar se emplazó una construcción singular. Es la única estructura megalítica que existe en la región Lambayeque; la fachada y todos los muros laterales fueron construidos con grandes bloques de granito”, explicó.
Algunos de estos bloques tienen señales de petroglifos, que manifiesta que trajeron estos bloques de un lugar sagrado. “Es un templo para rendir el culto al agua, pues en la parte delantera hay un altar con hoyos, que eran altares vinculados al culto al agua”, reveló.
Mencionó que en las excavaciones –en 10 unidades en total– se ha podido constatar que en la época del Formativo se registraron esencialmente tres fases constructivas.
“La más antigua fue un edificio construido con adobes cónicos y piedra pequeña; en la fase media se usó piedra y la última fase del Formativo corresponde a muros de grandes bloques y en la parte superior hay señales de columnas, un patio lleno de columnas de barro que desaparecieron por efecto del tiempo y de las lluvias”, detalló.
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Walter Alva sostuvo que han descubierto una tumba de la época Formativo Final, cuando probablemente el templo estaba perdiendo vigencia, y otras 20 tumbas que pertenecen a la cultura Chimú-Inca.
“Todas ellas tenían vasijas colocadas como ofrendas y nos indican que después de casi 2,000 años volvieron a utilizar este lugar como un espacio de enterramientos populares”, sostuvo.
Resaltó que en el entierro de la época del Formativo Final se halló una vasija que tiene una decoración muy típica del Formativo, con la herencia muy fuerte de la época Chavín (con asa puente).
“Cuando termina la influencia Chavín, probablemente el templo pierde vigencia y comienzan a poner tumbas de otras culturas”, refirió.
Remarcó que este sector es el lugar desde donde se dirigía el culto al agua para todo el valle de Zaña. “El templo va perdiendo vigencia, a partir del año 300 antes de Cristo, cuando cesa la influencia de la cultura Chavín; aquí terminan las sociedades teocráticas y comienzan a emerger sociedades de agricultores y guerreros”.
Tres fases constructivas
El arqueólogo residente del complejo arqueológico Huaca El Toro, Ernesto Zavaleta, sostuvo que han identificado tres fases constructivas y la última estaría asociada a la columna circular. “También se han encontrado evidencias de sedimentación, lluvias y quema ritual, posiblemente cuando se clausura este espacio”, comentó.
Mencionó que la tercera fase se está definiendo, pero, al parecer, utilizan la misma técnica, es decir, celdas de relleno con adobes cónicos asentados con mortero de barro.
“Se trata de 21 entierros intrusivos que hemos encontrado en la última fase. Se cree que el templo, después de ser abandonado y clausurado, fue utilizado por los chimús como área de entierros en la parte central”, detalló.
En estas tumbas se encontraron piezas de cerámica y en algunos objetos metálicos como tupus, cuchillos. En dos entierros se hallaron anillos de cobre de un niño.
Asimismo Alva dijo que el templo tiene 40 metros de ancho por 56 metros de largo; todo el perímetro estaba rodeado de grandes piedras. “Lo que nos ha llamado la atención es por qué trajeron bloques tan grandes desde una quebrada lejana”.
Donaciones y patronato
Precisó que esta iniciativa de investigación fue financiada con un saldo de donaciones y un aporte del Patronato Sipán, así como de la Unidad Ejecutora Nº 005 Naylamp-Lambayeque.
Señaló que la temporada de investigación fue de 45 días y se espera contar con recursos el próximo año para reiniciar las investigaciones, porque este templo es parte de un gran complejo.
“En todas estas quebradas hay una cantidad impresionante de petroglifos, lo que nos indica que fue un lugar sagrado durante la época Formativa. Recién estamos comenzando y esto es el primer paso para desarrollar un programa de investigación que enriquecerá el conocimiento de las antiguas culturas de Lambayeque”, explicó Walter Alva.