El exteniente alcalde de la provincia de Chiclayo, Roberto Merino Salazar, cumple 100 años el próximo sábado 2 de noviembre y quiere tener dos largos días de celebración por la gran bendición de continuar disfrutando al lado de sus hijos e hijas.
Su madre, Luzmila Salazar Armas, ferreñafana y su padre, Roberto Merino Cobeñas, chiclayano, trabajó durante 50 años en el distrito azucarero de Pomalca, distrito donde la exautoridad edil cursó parte de sus estudios primarios, luego los terminó en el centenario colegio Nacional San José de Chiclayo.
“Estudié media comercial, porque al estudiar esta carrera salía como contador mercantil, pasa el tiempo y un político anuló el título que yo tenía y dijo que los contadores debería de ser universitarios. Soy promoción 40”, recordó Roberto Merino.
A los 20 años logró ingresar a su primer centro laboral que fue el Banco Italiano, posteriormente llegó a ser un alto funcionario de un conocido banco, líder en el país, institución que considera su segunda casa.
A sus casi 100 años se muestra lúcido y lleno de fuerza, no tiene ningún problema para sostener una conversación, porque escucha y habla perfectamente; además dice estar dispuesto a bailar vals y hasta tango el día de su cumpleaños.
A don Roberto Merino, nada lo amilana, a lo largo de sus casi 100 años revela haber tenido una hermosa vida, llena de felicidad, para alegría y unión familiar. Cuenta que cada vez que acude a sus chequeos, los médicos le preguntan de qué está hecho.
“Los médicos me dicen de cariño “Don Robertito” ¿de qué está hecho?, yo les respondo, de carne, hueso y sangre eso c…”, dijo entre risas, Roberto Merino.
Don Robertito contó que su secreto para vivir tantos años y gozando de buena salud es una vida entregada a Dios, practicando sus mandamientos y demostrando mucho amor a Dios y a la familia.
“Hay que vivir con alegría, no hacerle daño a nadie, no envidiar a nadie y hacer las cosas con amor, con fe”, respondió al Diario La Industria.
Para don Roberto Merino, existen muchos errores por parte de la juventud de ahora, que no vive de acuerdo a los valores y principios “la modernidad no existe para mí, lo que existe es el amor a los padres, el respeto al prójimo, asistir a misa y vivir con Dios”.
Don Roberto, es una persona muy católica y ha inculcado siempre el amor a Dios entre sus hijos y toda su familia, rescata que todo el buen actuar, es lo que lo mantiene siempre fuerte, sano y con una vida en paz.
Como católico dijo sentirse “inmensamente satisfecho” de que a través de monseñor Robert Prevost Martínez, obispo de la Diócesis de Chiclayo, haya logrado la bendición apostólica del Papa Francisco.
Blanca Merino Navarrete, la segunda hija de don Roberto Merino y quien permanece a su lado todos los días, contó entre lágrimas sentirse emocionada y dichosa de poder disfrutar hasta ahora a su padre lleno de salud.
“Así como él me cuidó de niña, ahora lo hago yo. Es una tarea y una gran responsabilidad, pero la realizo con mucho amor. Yo les aconsejo a todos los hijos que tienen con vida a sus padres, que los cuiden mucho, sobre todo en la ancianidad”, manifestó Blanca Merino.
El 1 de noviembre le oficiarán una misa en el Santuario Virgen de la Paz y el 2 de noviembre celebrarán con toda la familia en un conocido club chiclayano, a donde llegarán sus familiares de Estados Unidos y Sudáfrica.