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Publicado el Martes, 22 de Octubre del 2019

Por las rutas de la cultura y la naturaleza

El Bosque de Pómac es un área natural protegida, que alberga 36 pirámides de la cultura Sicán, seis mil hectáreas de bosque seco y una amplia zona de vegetación

Viajar es más que trasladarse de un lugar a otro, es conocer historias, intercambiar experiencias y encontrarse con uno mismo, sin la necesidad de ir tan lejos. Lambayeque, es una región diversa, rica en costumbres y tradiciones, que alberga diferentes atractivos turísticos.

A una hora de la provincia de Chiclayo, se encuentra el Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP), en la provincia de Ferreñafe. Un área natural impresionante, que está compuesta por seis mil hectáreas de bosque seco, 36 pirámides de la cultura Sicán y una amplia zona de vegetación, que limita con los distritos de Pítipo (provincia de Ferreñafe), Pacora, Íllimo y Túcume (provincia de Lambayeque).

Promperú a través del programa Rutas Cortas, nos permitió llegar hasta este maravilloso lugar y vivir un momento inolvidable. En la Sala de Interpretación, William Zeña; quien trabaja como guardaparque desde hace 17 años, nos explicó sobre el trabajo que está realizando el Ministerio de Ambiente (MINAM) a través del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Sernanp).

El clima es seco, cálido y soleado, mencionó; en cambio el atardecer es fresco y con vientos regulares. La temperatura máxima es 34.4 °C, pero en época fría llega hasta los 11.5 °C. Las lluvias son ocasionales y se concentran en marzo y abril, salvo cuando ocurre el fenómeno de El Niño, como en el 2017, cuando el río La Leche se desbordó y afectó a la población aledaña y al Santuario.

Aunque los recintos arqueológicos aún no se han recuperado del todo; las precipitaciones permitieron la regeneración de la vegetación del bosque. El cual también se está recomponiendo, después del incendio forestal que se registró el año pasado y destruyó 222 hectáreas de especies forestales, como el cuncuno, vichayo y sapote.

CICLOPASEO

Llegó el momento de conocer el lugar de los hechos. Gracias al turismo de aventura que promueve Ecoserv Operador, realizamos un viaje en bicicleta; pero antes de partir conocimos a Isabel Pinzón y Sara Monja, dos pobladoras que ofrecen al turista los productos de las mujeres de la zona. Muy amablemente nos permitieron degustar la miel de abeja y la algarrobina.

Con las pilas puestas, emprendimos el recorrido de aproximadamente 30 minutos; tiempo en el que tuvimos contacto directo con la naturaleza y escuchamos el canto de las aves. Una de las primeras paradas fue en el Algarrobo Milenario.

Alrededor de este árbol se tejen muchas historias, incluso milagros, manifestó la guía oficial de turismo, Sysy Silva Moreno. Las personas que pasan por este sitio mágico, se sacan el sombrero por respeto y otros se detienen a orar. La energía que transmiten sus troncos al abrazarlos ha sido la cura ideal para muchas enfermedades. “Es impresionante, porque continúa sobreviviendo al tiempo y a las amenazas de los comuneros, por ejemplo, a los atentados forestales”, añadió.

Esta demarcación es muy especial, pues también habita la Cortarrama. La única ave endémica que existe en Pómac. Se le conoce con este nombre porque su pico es en forma de una sierra cortadora, que le facilita romper las ramas frescas y verdes para alimentarse. Su singular melodía se dejó de escuchar hace algún tiempo, pero las investigaciones científicas del ornitólogo Sergio Nolazco Plasier revelaron que en los últimos años la población de esta especie aumentó y en la actualidad existen por lo menos 400 ejemplares.

LAS PIRÁMIDES

DE SICÁN

El recorrido en bicicleta terminó, antes de cruzar el trabajo que la Autoridad para la Reconstrucción Con Cambios (ARCC) está desarrollando para proteger los laterales del río La Leche; afectados por el fenómeno de El Niño de 2017. Para protegernos del sol, utilizamos sombrero y bloqueador y caminando nos dirigimos hacia las pirámides de adobe de la cultura Lambayeque, que se encuentran en el desierto del Santuario Histórico.

Los nombres de estas imponentes huacas son muy particulares y están relacionados con los hallazgos encontrados en las exploraciones arqueológicas. Las Ventanas, Las Rodillonas y del Oro son algunas de ellas; en esta última se vienen llevando a cabo investigaciones, que presumen la existencia de la tumba de un personaje importante, pero será el tiempo quien determine si se trata de Naylamp, enfatizó Sysy Silva.

Esta pirámide guarda mucha notabilidad, ya que en 1991 se descubrió al Señor de Sicán, en el complejo arqueológico de Batán Grande; ubicado a 41 kilómetros al norte de Chiclayo. Una zona devastada intensamente por el huaqueo, debido a la gran cantidad de oro y plata que guardaban sus tumbas.

Los edificios del Bosque de Pómac datan de los años 800 a 900 d.C. y cada uno guarda su propia historia. En la huaca Las Ventanas se encontraron más de 60 osamentas de sacrificios humanos; en su mayoría personas de sexo masculino, pero también mujeres con niños. Además, científicos extranjeros descubrieron que los adobes que utilizaron para sus construcciones, estuvieron elaborados por tierra y líquido; que contenían 40% agua y 60% orina. Por ello, hasta la fecha permanecen.

Cerca a la 1:00 de la tarde del sábado 19 de octubre, culminamos con la ruta programada. La agencia de viaje nos recogió y trasladó hasta el establecimiento de hospedaje; ubicado a 10 minutos del distrito de Íllimo, donde almorzamos y por la tarde continuamos con el turismo de aventura.

AVES

Con ropa cómoda, repelente para los mosquitos y bloqueador solar, nos conducimos hasta el área de la vegetación, y con equipos especializados desarrollamos la actividad de avistamiento de aves. Este día fue muy especial, debido a que observamos y escuchamos el relajante canto de la Chilala, la Perlita Tropical, el Colibrí, la Urraca y el Chisco.

Dante Díaz Vásquez, exgerente regional de Comercio Exterior y Turismo de Lambayeque, sostuvo que esta experiencia cala en el corazón de los turistas. Por ello, las empresas privadas tienen que ofrecer un valor agregado en cada uno de sus servicios y darle énfasis al turismo comunitario.

Asimismo, añadió que las autoridades deben considerar un plan de señalización para que los visitantes sepan que existen diferentes rutas en las que pueden llegar al Santuario Histórico del Bosque de Pómac. Por ejemplo, por Túcume, Íllimo, Pacora y Jayanca. De esta forma, los distritos pueden generar ingresos económicos, así como defender y revalorizar los recursos culturales y naturales.

Además, es necesario que los gobiernos locales desarrollen un trabajo articulado en cuanto al recojo de residuos sólidos y finalmente, el Estado brinde su total respaldo al sector privado para que estos contribuyan con la promoción de los destinos turísticos.

Mientras conversábamos, el sol se ocultó. Sin duda, fue uno de los mejores atardeceres que vimos. Un momento, que nos permitió reflexionar y entender que viajar, como lo mencionamos al inicio, es más que trasladarse de un lugar a otro, es contribuir con el desarrollo de las comunidades y descubrir nuestra verdadera identidad.

 

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