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Publicado el Viernes, 13 de Septiembre del 2019

Plan de desarrollo urbano de Chiclayo sin avances

Exdecano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque, analiza temas contemplados en este instrumento

 El Plan de Desarrollo Urbano Ambiental (PDUA) de la Metrópoli de Chiclayo “es el instrumento técnico normativo para promover y orientar el desarrollo urbano de cada asentamiento poblacional del ámbito provincial, en concordancia con el Plan de Acondicionamiento Territorial; sin embargo, su implementación y ejecución no ha avanzado como debería. El exdecano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque, Carlos Paredes García, analiza cada uno de los temas contemplados en este instrumento.

En el Plan de Desarrollo Urbano Ambiental (PDUA) se ha establecido trabajar en la zonificación de usos del suelo urbano y su normativa, el plan vial y de transporte y su normativa, los requerimientos de vivienda para determinar las áreas de expansión urbana y/o programas de densificación, de acuerdo a las condiciones y características existentes, los requerimientos de saneamiento ambiental y de infraestructura de servicios básicos.

Asimismo, contempla la preservación de las áreas e inmuebles de valor histórico monumental, la programación de acciones para la protección y conservación ambiental y la de mitigación de desastres, el nivel de servicio de los equipamientos de educación, salud, seguridad, recreación y otros servicios comunales, el Sistema de Inversiones Urbanas a fin de promover las inversiones al interior de la ciudad e incrementar el valor de la propiedad predial y la delimitación de áreas que requieran de Planes Específicos.

Carlos Paredes García, exdecano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque, considera que en la mayoría de estos temas poco se ha avanzado. “En realidad se ha avanzado poco, porque justamente cada uno de los alcaldes viene con su propia agenda”.

En su análisis se enfoca primeramente sobre el sistema vial. “El plan urbano proponía varios anillos viales, tres de acuerdo al tamaño, a pesar que a algunos les falta muy poco. Al anillo vial central le falta continuar la parte norte de la vía que va por el aeropuerto, hasta que llega a encontrarse con las avenidas Leguía y México, que forma un anillo vial de cierre y que da la vuelta a la ciudad”, precisa, señalando que no se ha podido completar.

Refiere que tampoco se ha completar el anillo vial que toma en cuenta la prolongación Chinchaysuyo y que se integra luego con el colegio San Agustín, y es más “se ha puesto estrecho porque las habilitadoras urbanas han ido cerrando el ancho de esta avenida. Inclusive la misma autopista Del Sol”.

En el aspecto comercial, indica que “estamos peor, porque en el plan se había establecido que cinco a seis mercados se quedaban en la periferia, de tal manera que el Mercado Modelo podría progresivamente desactivarse para convertirse en un pulmón verde”. Pues, a pesar que estaba contemplado no se ha avanzado.

Respecto a la zonificación de usos del suelo urbano y su normativa, recuerda que sí se implementó “porque los parámetros urbanísticos marcaban los nuevos crecimientos que requieren la densificación. Ya era evidente que había un proceso que se estaba generando y que los parámetros urbanísticos no estaban de acuerdo con eso”, señala.

“Aunque lo que no ha ocurrido es justamente la actualización de los procesos de infraestructura de agua y desagüe en función de esas nuevas densidades. Porque por ejemplo, en Santa Victoria ya se ha aprobado nuevas densidades y ya se están construyendo varios edificios de altura, pero todavía no se renuevan las infraestructuras de agua y desagüe que respondan a estas estructuras. Porque esa es una urbanización hecha para viviendas unifamiliares de densidad baja y ahora van a haber multifamiliares de densidad media y alta”, señala.

Y en ello, considera este tema está totalmente desarticulado, porque lamentablemente ha primado en su momento lo político que lo técnico.

Sobre los requerimientos de vivienda para determinar las áreas de expansión urbana y/o programas de densificación, el arquitecto Carlos Paredes manifiesta que “cuando se hicieron las zonas de expansión se marcaron las áreas que eran urbanas, y aquellas áreas que podían, dentro de cierto periodo, ser de expansión; y entiendo que la forma de la ciudad, es decir, la mancha urbana que la ciudad debería alcanzar, está allí, pero hay que recordar que en el 2014 y 2015 el boom inmobiliario comenzó a decaer y eso ha hecho que la velocidad baje, pero los procesos se han consolidado de otra manera, pero al interior de la ciudad o en su zona céntrica se están haciendo los procesos de densificación”.

Precisa que lo que es necesario definir son los grandes equipamientos que la ciudad necesita y la calidad para que no sea una ciudad caótica como lo es ahora. “Como cambiar el sistema de transporte a un sistema mucho más masivo y rápido que sea de índole integrado, que ya se están haciendo en ciudades como Piura o Huancayo, con sistemas metropolitanos como Lima”.

Respecto a la preservación de las áreas e inmuebles de valor histórico monumental, indica que Chiclayo no tiene un centro histórico monumental como lo tiene Lambayeque, pero lo que sí tiene es un grupo de casonas, alrededor de 24, que están identificadas y también tiene ambientes, zonas de la calle, encuentros, esquinas, calles que son monumentales. “En eso lamentablemente estamos muy deficitarios, porque a diferencia de Trujillo, aquí son propiedades privadas y nadie ha hecho proyectos, y al contrario, lo destruyen, lo convierten como predios para luego venderlos. Porque no hay una política del Gobierno regional, mucho menos del Gobierno local para darle algo al propietario”.

Programación de acciones para la protección y conservación ambiental y la de mitigación de desastres. Indica que Chiclayo como muchas otras ciudades de la costa está expuesta, por lo que se necesita montar una gerencia de gestión de riesgo ante desastres. “De repente falta inclusive en la misma estructura orgánica. Porque nuestras estructuras orgánicas son algo obsoletas. Esa gerencia debería permitir, coordinar y visibilizar las situaciones de riesgo que las ciudades tienen para poder hacer la gestión de ese riesgo, y estar preparados con obras de prevención. Las municipalidades deberían operar permanentemente con una gerencia orientada a la gestión de riesgo”, manifiesta.

Delimitación de áreas verdes, de recreación y espacios públicos. Chiclayo tiene 1.5 metros cuadrados por persona, y no de áreas verdes, sino para uso de áreas verdes, porque muchos son terrales, cuando lo correcto es 10 metros cuadrados por persona. “Entonces vemos los deficitario que estamos y ello porque el 60% de nuestra ciudad son resultados de pueblos jóvenes e invasiones. Que en ningún caso dejan áreas de este tipo de uso y todo lo toman como vivienda. Y se debería identificar áreas que pueden convertirse en áreas de verdes o convertirse en grandes parques de varias hectáreas”.

Carlos Paredes, considera importante que ahora con la intervención del Ministerio de Vivienda en cuanto al monitoreo del desarrollo urbano de la ciudad sería importante que se considere un conjunto de intervenciones urbanas obligatorias como los anillos viales, el equipamiento de primera escala metropolitana tiene que venir, el terrapuerto, el nuevo mercado mayorista.

“Tres a cuatro puntos icónicos hay en la ciudad para convertirla en una ciudad vivible, habitable, donde efectivamente interese los sistemas de agua y desagüe, transporte, red de mercado y creo que así podríamos generar un orden”, indica el exdecano del Colegio de Arquitectos de Lambayeque.

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