Los incendios forestales que se están registrando en la Amazonía de Brasil desde hace semanas han generado una preocupación global. Sin embargo, es importante mencionar que este tipo de sucesos no son ajenos a nuestra realidad.
CHONGOYAPE
A fines de 2017, un siniestro de alto impacto, se registró en la zona de Patapón de la comunidad campesina Santa Lucía de Ferreñafe que limita con la Reserva Ecológica de Chaparrí de Chongoyape, con una afectación de 120 hectáreas.
Javier Ruiz Gutiérrez, directivo del Frente de Defensa Salvemos Chaparrí, mencionó que al menos 10 incendios forestales ocurrieron entre agosto y diciembre del mismo año, los cuales afectaron a la biodiversidad (flora y fauna). En total, 300 hectáreas resultaron perjudicadas.
Sostuvo que el origen de esta tragedia fue causado por el mismo hombre, algo similar a lo que está ocurriendo en la Amazonía. Serían grandes organizaciones criminales, vinculadas al tráfico de tierra, las que utilizan esta estrategia y prenden fuego a los bosques, para posteriormente irrumpir las áreas y quedarse ahí.
Ruiz Gutiérrez, precisó que están en proceso de recuperación de las zonas calcinadas. “Tienen que pasar entre 10 a 15 años para que el bosque se regenere”, agregó.
Tras las gestiones que realizaron los defensores de la reserva ecológica, en noviembre del año pasado, el Primer Colegiado Penal de Lambayeque, dictó una sentencia de ocho años para Javier Cruzado Carranza, uno de los acusados de depredar las especies forestales de Chaparrí, quien está prófugo de la justicia.
BOSQUE DE PÓMAC
Recordemos que, en el 2018, se produjo un incendio en el Santuario Histórico Bosque de Pómac (SHBP), que afectó 222 hectáreas, cuya vegetación está compuesta por especies forestales como el sapote, vichayo y cuncuno.
En su momento, Shirley Bernabé Orellano, responsable del área protegida, subrayó que las lluvias de este año habrían permitido que la regeneración del bosque sea de un 40%, siendo las mismas plantas afectadas las que ha rebrotado.
Manifestó que uno de sus objetivos es la conformación de una brigada de un promedio de 30 personas que serán preparadas ante cualquier eventualidad. Asimismo, en la actualidad, cuentan con 281 guardaparques, quienes están suficientemente capacitados para hacer frente a un siniestro forestal.
“Tenemos 13 puestos de control y hay un patrullaje permanente en toda el área del Santuario Histórico Bosque de Pómac”, indicó Bernabé Orellano en una entrevista a La Industria.
LA OTRA BANDA
En lo que va del 2019, cuatro incendios se han registrado en el Bosque Seco La Otra Banda del distrito de Zaña, el último sucedió el sábado 24 de agosto, afectando a aproximadamente 40 hectáreas.
Segundo Ramos Salazar, presidente de la Asociación de Ganaderos de La Otra Banda, manifestó que existen personas que están tratando de ampliar la frontera agrícola, incluyendo la tala del algarrobo para la extracción de la madera y la producción ilegal del carbón. Por tanto, los siniestros no son originados por la naturaleza, sino por la misma mano del hombre.
Señaló que como comuneros se han organizado desde el 2009, pero recién en estos últimos años cuentan con el apoyo de la Fiscalía Ambiental de Lambayeque. Asimismo, recientemente han sostenido una reunión con el jefe de la Interpol Lambayeque para contar con su respectiva ayuda. No obstante, las demás autoridades vinculadas hacen caso omiso.
“Es un tema que debe preocuparnos a todos porque los incendios forestales se están registrando a nivel mundial y las consecuencias las asumirá cada una de nuestras familias, con el calentamiento global y el cambio climático”, añadió Ramos Salazar.
AUTORIDADES
Javier Ruiz, recalcó que, si bien es cierto, por ahora el Estado está preparándose para el control de las emergencias e incluso existe una unidad especializada en el tema de siniestros forestales, el hecho no es solo ir a apagar el fuego, sino investigar cuáles son las causas que están originando este suceso en los bosques de la región, el Perú y el mundo.
Subrayó que, en Lambayeque, detrás de todos los proyectos relacionados con la ampliación de terreno agrícola, hay intereses de las autoridades y los gremios empresariales. “Mientras no exista un manejo responsable de economía que haga uso del medio ambiente, la ambición será el principal combustible para que los bosques desaparezcan. Lo cual traerá grandes consecuencias en el futuro”, acotó.
Asimismo, Segundo Ramos, invocó al gobierno para que tome conciencia de lo que está pasando, no importando si son bosques secos o húmedos. De manera, que puedan ser su respaldo frente a cualquier acto delictivo que vaya en contra de la naturaleza.