Como una forma de agradecimiento al país y la región que les acogió en uno de los momentos más difíciles de su vida, los hermanos venezolanos, asesorados por la Iglesia Católica están realizando diversas actividades para contribuir con el cuidado del medio ambiente.
Recientemente un promedio de 60 migrantes (entre niños, jóvenes y adultos) llevaron a cabo una jornada de limpieza en el malecón de Puerto Eten y sembraron aproximadamente 80 plantas de diversas especies en las jardineras del mismo. Asimismo, habilitaron la gruta de la Virgen del Perpetuo Socorro, patrona de la comunidad.
Esta acción estuvo dirigida por la Pastoral del Migrante del distrito y la Congregación de Hermanas de la Misericordia, pertenecientes a la Comisión de Movilidad Humana y Trata de Personas de la Diócesis de Chiclayo, que preside el monseñor Robert Prevost, en el marco de la encíclica Laudato Sí, que escribió el papa Francisco hace cuatro años y habla sobre el cuidado de la casa común.
Augusto Martínez, responsable del área Formalización Migratoria, señaló a La Industria, que las actividades en favor del planeta se continuarán desarrollado en las siguientes semanas en Monsefú, La Victoria, Ciudad Eten y Ferreñafe, donde brindarán al público asistente un programa de gratitud, en el que ofrecerán diferentes servicios (corte de cabello, manicure, limpieza facial, entre otros.)
El objetivo es darles a conocer a los lambayecanos que no todos los venezolanos están involucrados en temas delincuenciales. Por el contrario, muchos de ellos tuvieron que salir de su país buscando mejores oportunidades para sacar adelante a sus familias y tienen buenas intenciones, sostuvo.
Es importante indicar, que, a la fecha, con ayuda de la Diócesis de Chiclayo, un promedio de 800 ciudadanos extranjeros, han solicitado refugio por dos años en el Perú. Con el cual, pueden gestionar su residencia. “De esta manera, como iglesia, queremos contribuir con al Estado para tener una migración responsable y ordenada”, finalizó Augusto Martínez.