Los comerciantes del mercado Santa Rosa, ubicado en el pueblo joven José Olaya de Chiclayo, piden la intervención municipal para atender sus problemas que arrastran desde hace años.
El mercado cuenta con 100 puestos; sin embargo, en las calles adyacentes hay cientos de ambulantes que provocan una competencia desleal y que nadie ha logrado erradicarlos.
Angélica Portocarrero, tesorera de la junta directiva de este centro de abastos, mencionó que a través de la oficina de administración se ha solicitado en reiteradas ocasiones que resuelva el problema, no solo se trata de la competencia sino de la calidad de productos que ofrecen a la población.
“A nosotros sí nos piden carnet de salud, pagamos impuestos, nos controlan de donde adquirimos los productos que vendemos y toda una serie de trámites, pero a ellos los dejan vender a su libre comodidad”, comentó.
Los aleros requieren con urgencia un cambio, las estructuras están deterioradas y podrían colapsar.
Los comerciantes también reclaman por el constante colapsos del sistema de alcantarillado en el interior del mercado. “Constantemente los desagües colapsan y somos nosotros mismos quienes debemos pagar a personal para que desatore porque los olores son insoportables. Esto es a consecuencia de la construcción de más puestos y no tuvieron en cuenta las redes de desagüe”, expresó.
La limpieza del mercado es otro dolor de cabeza. A partir de la gestión de Marcos Gasco Arrobas, son los mismos comerciantes quienes se encargan de limpiar sus espacios y sacar la basura todos los días.
“Hemos reclamado al administrador también por esta situación porque pagamos nuestros impuestos, pero nos indican que es orden desde arriba, que nosotros nos encarguemos de la limpieza”, comentó.
Sin embargo, reclaman que contrariamente sí hay personal de seguridad en exceso. Son cuatro vigilantes con los que cuenta el mercado en turno día.
Los comerciantes piden que el alcalde junto a sus funcionarios de la subgerencia de mercados visiten la zona para que conozcan y escuchen las necesidades de los comerciantes, quienes contribuyen con el pago de la merced conductiva.