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Publicado el Domingo, 28 de Julio del 2019

“Llegar al sacramento del matrimonio es una decisión”

Cada día se debe hacer del amor una experiencia que nos lleva a la vida feliz, sostuvo el padre Luis Santamaría Acosta
El reverendo padre Luis Santamaría Acosta, indicó que es importante que para tener familias sólidas y hogares sostenibles, se debe iniciar con el matrimonio, que es un sacramento de la Iglesia católica y por lo tanto, es de origen divino. “El hombre y la mujer son llamados a participar de este proyecto de creación”, añadió.
 
Explicó, que el matrimonio es una decisión tomada libre y voluntariamente. Lo cual significa que previo a ello, existió un conocimiento, un encuentro de personas; es decir; se respetó las diferentes etapas que forman parte del proceso para alcanzar la felicidad.
 
Todo inicia con el afecto. Es importante que la vida de una pareja se fundamente en una sincera y verdadera amistad. Luego de ello, prosigue el enamoramiento. “Este es un espacio de conocimiento, pero no solo físico, sino del ser, del sentir, del hacer, del pensar”, agregó.
 
Finalmente, llega el momento de aceptarse mutuamente para vivir juntos en un hogar. Entonces, recién se puede dar pase al noviazgo. “Garantizando estas etapas, sin duda que van a existir dificultades, pero como hubo conocimiento previo, el matrimonio será feliz”, sostuvo el padre Santamaría Acosta.
 
Resaltó que el casamiento es la oportunidad para que ambas personas continúen poniendo en práctica el diálogo, compartiendo experiencias, sentimientos, ideas y proyectos en equipo.
 
Lo cual garantizará que su relación perdure en el tiempo. Mencionó que el Papa Francisco señala que el matrimonio es una vida artesanal, es decir; debe construirse por el uno y el otro. “Cada día se debe hacer del amor una experiencia que nos lleva a la vida feliz”, precisó.
 
ESCUELA DE VALORES
El reverendo Luis Santamaría mencionó que el matrimonio tiene un rol importante en la sociedad. Como sacramento es la base fundamental de la vida conyugal y familiar.
 
Es en el hogar donde se aprende a amar a Dios, al prójimo. Por ello, se constituye a la familia en una escuela de valores. Un lugar privilegiado para educarnos en el respeto, amor, solidaridad, humildad, en vivir al servicio de los demás, finalizó.
 

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