La Industria realizó un recorrido por las calles de la Ciudad de la Amistad y observó que el gran porcentaje de las veredas se encuentran en mal estado, lo cual representa un peligro latente para la salud de los chiclayanos.
Robert Guerrero Samamé, neumólogo y especialista en Medicina del Deporte, indicó que la lesión más frecuente que podría ocasionar la caída de una persona al tropezar es el esguince de la garganta del pie de primer a tercer grado o comúnmente conocido como torcedura.
Los niños y adultos mayores son los más vulnerables frente a esta problemática. El desprendimiento de un anciano que tiene osteoporosis puede llegar a ocasionar una fractura de cadera o desgarro muscular, agregó.
Mencionó que otros de los sectores de la población afectados son las personas con discapacidad, quienes no pueden pasar por este tipo de caminos, pues están expuestas a ser víctimas de cualquier tipo de fractura, ya que no tienen un mecanismo de defensa.
El especialista sostuvo que pueden sufrir una caída, golpearse la cabeza y generar un Traumatismo Encéfalo Craneano (TEC), lo cual puede ocasionarles hasta la muerte o fracturas costales (cuando se produce una pérdida de la rigidez de la pared torácica).
Al mal estado de las veredas, se suma la poca iluminación que tienen los espacios públicos. En ese sentido, Guerrero Samamé explicó que por las noches el riesgo es mayor.
Por ello, considera que el alcalde Marcos Gasco debe preocuparse por los peatones, quienes al observar una acera destruida prefieren bajar a la pista, exponiendo su vida al excesivo tránsito vehicular.
Asimismo, recomendó a los ciudadanos de a pie, tener cuidado al caminar y evitar usar el celular. De esta manera, los accidentes se pueden prevenir.