Lo sábados y domingos son especiales para los jóvenes que conforman Voluntades Chiclayo, pues con mucho cariño y amor han separado ambos días para visitar a los niños, adolescentes y adultos mayores de las instituciones donde ejecutan su proyecto.

 

Su punto de reunión es la Plazuela Elías Aguirre, de donde una combi los recoge, para luego trasladarlos hasta el lugar donde se encuentran sus beneficiarios, quienes los esperan con mucha expectativa. Listos para jugar, cantar, reír, bailar, pintar y sobre todo, aprender.

 

 

 

En el 2008, un grupo de 5 jóvenes viajó a Lima para participar del programa “Emprende Ahora”. Fue ahí, cuando conocieron de Voluntades Lima. Al regresar, decidieron empezar el proyecto en la ciudad de Chiclayo, aplicando los mismos lineamientos de la sede principal.

 

Lo que inició como un pequeño proyecto, hoy es una realidad. “Más que un voluntariado asistencial, somos una familia”, dice en su fan page en Facebook. Lo cual, confirmamos que es totalmente cierto, pues en la actualidad, son más de 80 voluntariados activos los que son parte de este sueño.

 

Voluntades Chiclayo, ejecuta sus programas de voluntariado en tres instituciones de la región de Lambayeque: Aldea Virgen de la Paz, Albergue Santa María Josefa y Asilo Hogar San José.

 

 

 

Mucho más allá de brindar una sonrisa y un abrazo, Voluntades Chiclayo, tiene como objetivo mejorar las habilidades socioemocionales de los chicos y adolescentes que están en situación de abandono parcial o total.

 

“En el caso de los adultos mayores, les brindamos un tipo de acompañamiento, pues ellos ya tienen sus habilidades formadas, pero en todo momento tratamos de que no las pierdan e incluso que las sigan fortaleciendo”, mencionó Katherine Del Pilar Santisteban, presidenta de la asociación.

 

 

 

Asimismo, señaló que todas las semanas realizan diferentes actividades que están establecidas en un plan de trabajo, elaborado todos los años en los meses de enero y febrero, pues en abril inician con el impacto en las diversas instituciones.

 

“En el caso de los chicos de aldea, debido a que son más grandes y egresan de allí, cuando cumplen 18 años, les enseñamos cosas que podrían hacer cuando salgan, como talleres de emprendimiento de repostería y bisutería”, añadió.

 

Las visitas de los jóvenes voluntariados al albergue, aldea y asilo, se realizan el sábado por la mañana y domingo en ambos horarios. Asimismo, es importante mencionar que las convocatorias se llevan a cabo dos veces al año. Las próximas serán en marzo.

 

 

 

Por cuestión de edades, los niños que son hermanitos son separados por normas de las organizaciones. En este caso, uno estaba en la aldea y otro en el albergue. “Este año se juntó a las dos instituciones y fue el encuentro de estos hermanitos que no se veían hace años. Cuando se vieron sus ojitos brillaron de felicidad. Este momento nos ha marcado a muchos voluntarios”, indicó Yessenia Coronel, vicepresidenta de Voluntades Chiclayo.

 

Algo similar sucedió cuando en noviembre del 2018, organizaron un paseo interinstitucional. Pese a que algunos adultos mayores no son tan expresivos, pues tienen otro ritmo de vida dentro del asilo, al ver a los niños jugar y correr, uno de ellos dijo “Gracias por hacerme vivir esto, antes de que quizá ya no esté”, contó Katherine Del Pilar.

 

 

 

Durante estos años, la mayor dificultad que han tenido, es el no tener un local donde reunirse para desarrollar las habilidades y capacidades de los voluntarios y beneficiarios. “Muchas empresas nos han apoyado con sus instalaciones, pero son préstamos temporales. Para nuestras reuniones de coordinación nos juntamos en casa de algún voluntario”, aludió la presidenta.

 

 

 

Por lo cual, hacen un llamado de atención a las nuevas autoridades para que puedan colaborar con proyectos como Voluntades Chiclayo. “Las municipalidades deben trabajar más en cuanto a proyecciones sociales, pero no solamente en fechas especiales como Navidad, deben hacerlo durante todo el año”, mencionó Yessenia Coronel.

 

 

 

En este año, el proyecto pretende ser más innovador para así, fortalecer la mística de familia. Un proyecto a corto plazo, es presentarse a un concurso nacional, que está proporcionando 20 mil soles al primer puesto en voluntariado y 10 mil al segundo.

 

“Es a nivel nacional pero tenemos la esperanza de ganar y con ello, lograr muchas cosas, entre ellas, tener nuestro propio local”, sostuvo Katherine Santisteban.

 

 

 

Las personas interesadas en apoyar la noble labor de estos héroes sin capa que ayudan a las personas que lo necesitan, pueden hacerlo a través de las diferentes actividades que realizan. Estas son publicadas en sus redes sociales.

 

“Queremos aprovechar la oportunidad, para hacer un llamado a las empresas que se sumen a Voluntades Chiclayo o a otros voluntariados para juntos lograr un cambio en nuestra sociedad”, señaló Miguel Albán, director del consejo directivo.