La sede antigua de la Corte Superior de Justicia de Lambayeque (cuadra 10 de la avenida San José) se encuentra en total abandono luego de que un incendio, del mes de marzo, lo consumiera en su totalidad.

 

Los inmuebles que colindan con la vetusta infraestructura se encuentran en un grave peligro, denunció el Sindicato de Trabajadores del Distrito Judicial de Lambayeque.

 

“Ayer (el lunes) se remitió el Oficio 040-2023-STDJL, poniendo de conocimiento al presidente de la Corte los riesgos que presenta esa emblemática sede, señalando sobre el particular que, desde hace unas semanas el local siniestrado se encuentra en total abandono por parte de las autoridades locales, resultando peligroso que aún se permita el tránsito cerca al frontis, en tanto puede ocurrir su desplome en cualquier momento, con consecuencias lamentables para los transeúntes y vecinos. Asimismo, hasta el momento no se ha procedido con la remoción de escombros y limpieza en su interior, imposibilitando ello que se pueda ingresar para recuperar el poco patrimonio que no ha sido afectado por el fuego”, informó el gremio.

 

Del mismo modo, advirtió que la caída de una parte de la pared con un predio ubicado en la calle Elías Aguirre, permite “el ingreso de sujetos extraños al local siniestrado con el fin de apropiarse de los bienes pertenecientes a la institución así como del Sindicato de Trabajadores (cuyo local funcionaba allí), habiendo reportado los vigilantes de esa sede la presencia continua de personas de mal vivir tanto en la construcción antigua así como incluso en la parte de material noble donde funcionaban las oficinas administrativas, situación que debe alertar a la autoridad judicial local, pues el personal de seguridad poco o nada puede hacer para repelerlos, debido a que solo cuentan con linternas para hacer sus rondas (mas no con equipos de defensa), estando desprotegidos en caso surja algún altercado”.

 

El incendio que consumió la infraestructura del primer local de la Corte de Justicia ocurrió en la noche del 10 de marzo. Las primeras investigaciones señalaron como causa a un corte circuito en una de las instalaciones eléctricas de la parte antigua de la sede, que terminó propagándose rápidamente debido a los enseres de madera y de los archivos que albergaba dicho local.

 

Tras ello, alrededor de 70 trabajadores que laboraban en dicha sede fueron reubicados en distintas oficinas de la ciudad de Chiclayo.