La Gerencia Regional de Salud (Geresa) trabaja en la actualización, identificación y cantidad de población expuesta a metales pesados; hasta el año 2022 había un acumulado de 949 personas.

 

Lo informó el jefe de la oficina de Epidemiología, Eric Peña Sánchez, quien resaltó que hasta la fecha, las personas atendidas no han presentado síntomas de alguna enfermedad atribuible al consumo de agua con metales pesados; sin embargo, desde la Geresa, se va a continuar con la toma de muestras y atenciones médicas integrales. Desde el 2017 hasta el 2022, se han identificado 949 personas expuestas entre niños y mujeres embarazadas.

 

Este 2023 trabajan el muestreo de fuentes de agua y la atención integral de salud en población vulnerable; frente a la problemática, coordinan con los gobiernos locales para que se implementen las medidas que interrumpan la exposición a los metales pesados, evitando proveer agua del pozo detectado y se plantee fuentes de abastecimiento seguras.

 

“Si tenemos un pozo con plomo o arsénico que supere los límites máximos permisibles, inmediatamente se prohíbe el consumo de esa agua y se implementan estrategias, como proveer agua a través de cisternas, mientras se desarrollan los proyectos de inversión necesarios para proveer de agua segura a la población”, dijo.

 

Hasta la fecha, la Dirección Ejecutiva de Salud Ambiental (Desa), ha detectado esta problemática en pozos de Mórrope, Pacora, Mesones Muro, Mochumí, Jayanca e Íllimo. Se viene identificando a la población expuesta a nivel de centros poblados para iniciar este año con las jornadas integrales de salud.

 

Según dijo, no se han detectado casos de intoxicación, para evitarlo, se está haciendo un trabajo desde los establecimientos de salud del primer nivel de atención; para identificar a cada persona y hacer jornadas de salud con mejor impacto desde la toma de muestras hasta el seguimiento clínico. Lamentó que hay muchas personas que no vueven para su control.