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Publicado el Jueves, 08 de Julio del 2021

Lambayeque no puede ser furgón de cola

Mientras en Chepén ya van por 50 años, acá en Lambayeque recién empezaron con los de 57 años.
Lambayeque no puede ser el furgón de cola del Gobierno Central y eso depende mucho de las autoridades, que además de reestructurar los planes de vacunación, deberían ponerle fuerza a la exigencia.
 
El decano del Colegio Médico de Lambayeque, Manuel Soria Alvarado, manifestó que no podemos estar en la última fila del nivel central, pero depende mucho de las autoridades, la energía y la fuerza que le puedan poner, tanto en la exigencia política como en el reclamo.
 
“La sociedad civil y el Consejo Regional de Decanos (Conrede) no podemos permitir que en Chepén ya estén vacunando a 50 años y acá recién vamos por 57”. Observó que a ellos les llega un promedio de 80 a 100 mil vacunas, pero acá llegan menos simplemente porque no reclaman ni protestan con energía.
 
“La sociedad civil organizada estamos levantando nuestra voz de protesta al Gobierno Central, no olvidemos que Lambayeque fue una de las regiones más maltratadas en la primera ola y segunda ola, eso debe considerarse para que se asigne un mayor número de vacunas”.
 
AMPLIACIÓN
Indicó que la Gerencia Regional de Salud (Geresa) tiene que ampliar el número de vacunadores y los puntos, utilizar todos los colegios profesionales, centros de esparcimiento, estadios, colegios y contratar tal vez unos 500 vacunadores más.
Asimismo, crear las brigadas itinerantes con respuesta a domicilio e ir casa por casa a buscar a los que no han recibido sus segundas dosis.
 
Remarcó que en el Perú debiéramos estar vacunando a un promedio de 250 a 300 mil pacientes diarios, sobre todo ahora que se viene una tercera ola asociada a la variante Delta y los más jóvenes que trabajan se exponen a la infección y a sufrir las consecuencias porque no están vacunados.
 
Sobre lo sucedido el último martes con la vacunación de colegios profesionales de salud, dijo que definitivamente es responsabilidad directa de la Geresa, que debió cotejar número de pacientes y vacunas para que no se agoten; “son cosas que hay que criticar constructivamente y corregirlas”.
 
 

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