El padecimiento de Carlos Segura Saavedra y su familia, es comprensible, y es que tener una ‘laguna’ al interior de su vivienda, solo puede pasar cuando los responsables del saneamiento básico de la ciudad han sido desbordados en su capacidad para solucionar los problemas del alcantarillado, que ‘hacen agua’ por todos lados.

 

Su casa, ubicada en el N° 1023 de la avenida Bolognesi, en pleno centro de Chiclayo, ha colapsado en gran parte de su estructura. Las paredes se han caído y los ambientes de la parte delantera ya no son habitables, debido a la cantidad de aguas servidas que brota constantemente.

 

“Llevamos más de dos años con este problema del desagüe. Estas aguas servidas están verdes. Cuando esto se llena, avanza hasta allá (señala una pared). Lo botamos, pero a la media hora vuelve a brotar. Está lleno de larvas de zancudos. Estamos expuestos a que nos dé el dengue. El covid no nos ha matado, pero el dengue nos va a matar”.

 

Por su parte Rosa Segura Saavedra señala que las conexiones de agua y desagüe en este sector son muy antiguas. Pero advierte otro problema más grave, “se están filtrando estos desagües al agua que nosotros tomamos”.

 

Además, en esta vivienda viven otras personas, entre ellas un adulto mayor de 90 años, que es vulnerable. “Entonces, ya hemos tenido problemas de salud, del estómago. He tenido que llevar a mi papá al gastroenterólogo, nosotros también”.

 

La filtración de los desagües en esta zona ha afectado a otras viviendas. Una casa vecina, donde vive una anciana, también sufre las consecuencias. “Ella también tiene ese problema. Tiene que estar botando su agua. Por su ducha brota todo el desagüe”.

 

Rosa Segura señala que han reclamado a EPSEL. También han acudido a la Municipalidad Provincial de Chiclayo, pero tampoco reciben respuesta. “Entonces, no sabemos a quién acudir. Yo he llamado hasta la Defensoría del Pueblo y todo el día suena el teléfono. ¿A quién me quejo?”.