Hace apenas un año el inicio del verano 2020 no hacía presagiar lo que se venía y el primer balneario de la región lucía para esta época lleno de veraneantes de todas las edades, disfrutando maravillosos días soleados. Nunca imaginamos ver a Pimentel en este mismo mes –pero un año después– completamente vacío, producto de la pandemia del Covid-19.

 

Para prevenir el contagio se cerraron las playas y aunque esta medida es para muchos muy criticada, al fin y al cabo hay que acatarla.

 

Precisamente este domingo 31 de enero, Lambayeque pasa de “muy alto” riesgo a solo “alto”, por lo tanto, la inmovilización social de los domingos se levanta y nuevamente somos libres de salir de nuestras casas, pero sin usar autos particulares.

 

Como cada medida y su acostumbrado anuncio (un poco confuso) al que nos tiene acostumbrados el Presidente de la República, seguramente ya sembró dudas en la población, pero para aclararlo, la subprefecta de Pimentel, Claudia Analy Asenjo Uriarte, remarca que este domingo la playa –para tristeza de muchos– seguirá cerrada en lo que es mar, arena, roca y riberas.

 

Cada domingo serenazgo y la Policía Nacional permanecerán vigilando que nadie ingrese a no ser que sea para hacer deporte en el mar. Además, harán operativos en el tema de vehículos privados que no están permitidos. También verificarán que se cumplan los protocolos de bioseguridad en el transporte público. Como seguramente habrá muchos confundidos, las medidas se reforzarán.

 

Caminar por la arena no está permitido, solo se puede pasear por el malecón; los tablistas sí pueden ingresar al mar, pero para aquellos “vivos” que cogen una tabla para sacar la vuelta a la norma, está la Policía de Salvataje que verifica y reconoce al grupo que ingresa al mar, sin que nadie se quede en la arena, sino es retirado.

 

Ya lo sabe, no vaya a llevarse un chasco y lo retiren de la playa con todo flotador y almuerzo en taper. Pimentel sigue cerrada, tome sus precauciones.