Nobel de Literatura confesó que dudó en dedicarse a la escritura por el miedo a no conseguir cómo mantenerse
El escritor Mario Vargas Llosa recordó con cariño su paso por la escuela primaria de Cochabamba, lugar donde empezó su vocación por las letras.
“El hermano Justiniano que me enseñó a leer era un ángel caído del cielo”, declaró el novelista arequipeño.
Añadió que en esas clases se bailaba y cantaba como un juego para aprender los tiempos de los verbos.
Vargas Llosa cuenta que el leer fue lo más importante que aprendió. Gracias a esa habilidad “vivía las historias” y que empezó su amor por los libros.
El novelista, quien declaró esto en el lanzamiento del libro para niños dedicado a su Vida de la editorial Pichoncito, recomendó a los posibles lectores de esa obra que lleva su nombre que sigan su vocación.
“No hacerlo los condenará a no ser felices y no sentirse bien consigo mismos”, aseveró.
Mencionó que en la época que él se decidió por la literatura, era difícil vivir de ella. Por eso dudó en dedicarse a profesiones como la marina o la abogacía. Pero se decantó por las letras, junto con una precoz carrera periodística.
En su opinión, ahora hay más alternativas para quien tiene su misma vocación.
El narrador puntualizó que hay distintas formas de escribir, tantas como escritores existen. En su caso, el impulso surge por algo que le ha pasado o leído, pero que no es la única forma de inspirarse.