Esos hallazgos únicos permiten reconstruir diversos aspectos de la vida rural, la economía y la evolución del paisaje en ese momento histórico de la villa romana de Vilauba

 

Un pozo de época visigoda con numerosos restos de entre los siglos IV y VI ha sido hallado en la villa romana de Vilauba en el municipio de Camós (Gerona), muy cerca del lago de Banyoles. La campaña de excavaciones de este año ha puesto al descubierto objetos singulares como una pala de madera, un fragmento de rueda de carro o un zapato entero.

 

Esos hallazgos únicos en Cataluña permiten reconstruir diversos aspectos de la vida rural, la economía y la evolución del paisaje en ese momento histórico. Entre el material encontrado destaca un repertorio de semillas de plantas cultivadas y silvestres, que se han conservado gracias a las particulares condiciones ambientales del interior del pozo.

 

Los numerosos objetos recuperados, entre los que se encuentran platos, jarras, vasos con dibujos o piezas de hueso y metálicas constituyen un conjunto único para conocer la cultura de los antiguos habitantes de Vilauba.

Los arquéologos han localizado un gran número de restos de bueyes de unos cuatro o cinco años que se sacrificaron para vender la carne en los mercados próximos. Sus huesos, principalmente de la cabeza y extremidades, demuestran que, una vez troceados los animales, se comercializaban las partes con mayor valor cárnico y que lo demás se aprovechaba para el consumo de los habitantes de la villa.

 

Por lo que se refiere al pozo, de poco más de un metro de diámetro y con una profundidad actual de 6,6 metros, está construido con piedras unidas en seco y se mantuvo en uso al menos hasta el siglo VI. La existencia de un nivel freático muy alto por la proximidad del lago de Banyoles ha facilitado la conservación de numerosos restos orgánicos casi imposibles de recuperar en una intervención arqueológica convencional.