Según el censo nacional 2017, más de 500,000 personas se identificaron como pueblo aimara por sus costumbres y antepasados, y más de 400,000 indicaron el aimara como lengua materna.
Aunque son los adultos los que hacen prevalecer su uso –así como las costumbres de su pueblo–, cuando se trasladan al ámbito urbano, las cosas cambian.
En este escenario sociolingüístico –que presenta también el quechua–, la difusión y desarrollo del aimara tiene muchas limitaciones. No son suficientes los avances que se realizan desde diversos sectores del Estado para mantenerlas vivas. Una de las últimas iniciativas desde el Ministerio de Cultura, por ejemplo, fue la elaboración de material electoral en quechua, aimara, awajún y asháninka para las elecciones del 2020.
“Existen esfuerzos del Ministerio de Educación y de Cultura con políticas y campañas que visibilicen a los pueblos andinos y amazónicos; sin embargo, lo que se necesita en realidad es un cambio de mentalidad en la sociedad peruana respecto a definir nuestra identidad nacional basada en nuestra rica diversidad cultural y lingüística. No solo debemos sentirnos orgullosos de nuestras lenguas originarias, sino también promover su aprendizaje. El idioma originario es la puerta de entrada a la inmensa riqueza cultural que mantienen nuestros pueblos y naciones originarias”.
Colectivo aimara
Desde Lima, Suxo y un grupo de amigos que tienen el aimara como lengua materna, promueven su enseñanza en Lima y Callao, a niños, jóvenes y adultos; en el marco de su programa de recuperación, desarrollo y difusión de esta lengua y cultura. En este 2020 se ha empezado a revisar la actualización de un convenio de cooperación interinstitucional.