Sé que detrás de tu pétrea
hay un corazón que late de ternura.
Sé que al interior
de tu soberbio palacio de amianto
hay una joven alma enamorada
arrebozada de amor.
Oh, mi pequeña Maga
encantadora
entre los dos
hay un silencio
metálico
que lacera nuestros
sentimientos
y el tiempo,
otrora feliz,
hoy pasa lento
con su manto de congoja.
Con una sonrisa tuya
volverían jubilosos
los crespúsculos
con sus sonoros trajes
de amatistas.