El decano del Colegio de Sociólogos de Lambayeque, Juan Dávila Cisneros, afirmó que la decisión unilateral de ampliar el penal de Chiclayo, ubicado en el distrito de Picsi, solamente desataría una crisis social; debido al marcado rechazo de los habitantes de esta jurisdicción hacia la opción de ampliar la infraestructura de dicho reclusorio, ante el terrible hacinamiento que actualmente se vive.
“Definitivamente, la mejor opción es reubicar al penal. Los costos son altos, es un tema costoso, pero el hecho de que amplíen generaría que luego necesite otra ampliación, porque los delitos no están disminuyendo, sino, al contrario, aumentan (…). Si (la población) da su permiso para la ampliación del reclusorio, posiblemente, dentro de unos años vuelva a quedar chico y renazca el problema”, agregó.
En este punto es importante recordar que hace unas pocas semanas la ministra de Justicia, Ana Revilla Vergara, en su visita al penal de Chiclayo, aseguró que urge la ampliación de este espacio, debido al hacinamiento de los presos, el mismo que está propiciando el contagio de enfermedades como la tuberculosis, pero, además, limitando las acciones de reinserción social de los encarcelados.
Ante esto, se debe rememorar, que el gobernador regional, Anselmo Lozano Centurión, propuso la construcción de una nueva cárcel en las pampas de Pítipo, en un terreno de propiedad del Gobierno Regional de Lambayeque. Entonces, las opiniones aparecieron. Se realizaron reuniones entre el mandatario regional y el alcalde de Picsi, pero hasta hoy no se ha definido una acción concreta más que apelar a la consulta popular.
“Nadie quiere tener un recinto penitenciario cerca de su domicilio. La gente siempre se va a oponer a eso. Recordemos que cuando se construye este reclusorio, Picsi no tenía la dimensión que tiene ahora. El penal actualmente ha quedado, casi, dentro de la misma ciudad. Entonces, es un tema que la comunidad tendría que ver”, explicó.
El penal de Chiclayo requiere de acciones inmediatas, y es que en este lugar conviven más de cuatro mil presos, en instalaciones construidas para poco más de mil internos. La problemática desborda por donde se vea.