Los estragos que dejó el fenómeno de El Niño del 2017 en el distrito de Túcume aún no se han podido resolver en su totalidad. Un claro ejemplo de ello, es el estado en el que se encuentra el cementerio Jardines de la Paz.
La Industria realizó un recorrido por el camposanto y encontró ataúdes abiertos, cadáveres a la intemperie y gran cantidad de ladrillos, tierra y desmonte sobre el suelo. Por la mañana de ayer, los hermanos Olivos Siesquén llegaron a visitar a su papá, que se encuentra enterrado desde hace 35 años y manifestaron su incomodidad.
“Al alcalde (Carlos Santamaría Baldera), le pedimos que brinde una pronta solución a esta problemática, porque no podemos seguir así. Quisiéramos que él como autoridad gestione un nuevo proyecto para el cementerio porque es el único que tenemos”, precisó uno de ellos.
Han pasado más de dos años, desde que las constantes precipitaciones deterioraron su infraestructura; pero el titular de pliego informó que no es el único fenómeno al que ha resistido. Algo similar ocurrió en 1925, 1983 y 1998.
“Nuestros antepasados a lo mejor no previeron lo que ahora está sucediendo, porque fue construido en un área hundida, que tiene diferencia con el nivel natural del suelo de aproximadamente un metro de profundidad. Por ello, es vulnerable a la presencia de lluvias intensas”, añadió.
GESTIÓN
Un integrante de la familia Olivos Siesquén, escuchó que en una entrevista a un medio de comunicación local, el alcalde de Túcume habló sobre un plan de mejora del cementerio Jardines de la Paz. Lo cual, Santamaría Baldera afirmó que se elaboró un expediente técnico, pero su ejecución está valorizada en ocho millones de soles.
Obra, que en este momento es imposible de realizar, pues la gestión anterior no lo incluyó en la Autoridad de Reconstrucción Con Cambios, al igual que el centro de salud. “Hemos hecho otros trámites, pero nos han dicho que no es prioridad del (Gobierno Central) invertir en el camposanto, pues es competencia de la beneficencia o municipalidad, como en nuestro caso”, acotó.
Por ello, para el siguiente año han proyectado llevar a cabo la primera etapa del proyecto, que consiste en refaccionar el cerco perimétrico, las veredas y los pabellones más antiguos con una partida presupuestaria del Fondo de Compensación Municipal (FONCOMUN) de aproximadamente 800 mil a un millón de soles.
El burgomaestre reconoció que no existe orden en el camposanto, porque incluso no se identifican los caminos por donde las personas pueden caminar. No obstante, aún queda espacio para que las familias puedan enterrar a sus difuntos, pero se necesita una mejor planificación de los nichos.
ORDENANZA
En tanto, el subprefecto de Túcume, Milton Samamé Granados, sostuvo que después del fenómeno de El Niño, un grupo de ciudadanos e instituciones, unieron esfuerzos para colaborar y construir 100 metros del cerco perimétrico del cementerio.
Asimismo, solicitaron al exalcalde Santos Sánchez Baldera, la elaboración de una ordenanza municipal que consistía en llevar a cabo un acuerdo con las familias para la reubicación de los cadáveres. Sin embargo, pasó el tiempo y no se obtuvo ninguna respuesta.
Por ese motivo, pidió a la actual autoridad edil y a sus funcionarios, den mayor énfasis a esta situación, que pone en peligro a la salud de la población por las condiciones en las que se encuentran los cadáveres y la infraestructura del cementerio.