Si el siguiente año se volvieran a registrar lluvias de alta intensidad, los pueblos jóvenes de la provincia de Chiclayo, nuevamente así como en el 2017, se verían altamente afectados, indicó su presidente, Raúl Benítez Acuña.
Por este motivo, Benítez Acuña, hizo extensivo su llamado a los alcaldes distritales para que inicien una mesa de diálogo con los profesionales en ingeniería y arquitectura, antes de que se registre algún desastre natural.
“Ellos son los especialistas en planificar ciudades, por tanto están capacitados para orientar a los municipios, los cuales se encargarían del aspecto presupuestal”. De lo contrario, “(…) si mañana se registra una lluvia o inundación, nadie sabrá qué hacer, porque no existe ninguna salida”, acotó.
Raúl Benítez, señaló que en el 2016, la Federación de Pueblos Jóvenes, presentó una propuesta al Congreso de la República, la cual consistió en que los órganos de defensa civil de las comunas distritales, pudiesen llevar a cabo una previa evaluación de los sectores populosos antes de que ocurriera el anunciado fenómeno de El Niño, pero el proyecto no prosperó.
Por ello, en el 2017, las familias de los pueblos jóvenes como Túpac Amaru, 9 de Octubre, Santo Toribio de Mogrovejo, Fanny Abanto, Saúl Cantoral, entre otros, resultaron afectadas por las inundaciones que en muchos casos ocasionaron el derrumbe de sus viviendas y en otros el colapso de los desagües.
Lamentablemente, subrayó que Chiclayo es una zona que se encuentra en una parte baja y no está preparada para hacer frente a un desastre natural; pese a ello, a once meses de la gestión de las nuevas autoridades, no han prestado atención a esta problemática. Por ejemplo, el alcalde de Chiclayo Marcos Gasco, no ha aceptado ninguna reunión.
Insistió que a las autoridades les falta una conciencia integradora, porque no solo se trata de Chiclayo, José Leonardo Ortiz y La Victoria; en la actualidad, se están conectando los distritos de Pomalca, Pimentel y Reque.