Cuando se cumplen seis meses del incendio de Notre Dame del pasado 15 de abril, la Diócesis de París ha recordado que la fase de estabilización del edificio está siendo especialmente delicada.
El rector de la catedral de Notre Dame de París, Patrick Cheve, ha afirmado que la seguridad no estará garantizada hasta que se desmonte: “El principal momento será la construcción de un andamio encima del quemado para cortar y retirar este último. Esto llevará mucho tiempo porque no puede caer sobre la catedral. Si ocurriera, las tres bóvedas que quedan en pie no aguantarían”.
El rector insistió en que la urgencia de las obras se centra en esa operación, pues Notre Dame soporta varias toneladas de peso. “A día de hoy no se puede ir rápido para no dar un paso en falso”, ha señalado. Una vez que se retire, será posible decir que la catedral está a salvo.
Desde la sede de la diócesis de París, frente a la catedral, se aprecian las obras en el edificio, que avanzan con parsimonia. La entrada conlleva todo un protocolo de seguridad por la presencia de plomo, y a la salida una ducha obligatoria prolonga cualquier acceso en más de media hora.
Tensión contínua
Según Chevet, los obreros trabajan en una tensión continua porque están colgados de cuerdas por el exterior. Aún así, los responsables religiosos de la catedral confían en que la estabilización pueda terminar, según las fechas estimadas, la próxima primavera para iniciar la segunda etapa, la de diagnóstico del estado del edificio.
Pese a que las obras de restauración no se esperan hasta principios de 2021, el rector confía en que una parte de la nave pueda abrirse al público en 2020, en liturgias con una capacidad que aumentará progresivamente según las posibilidades.
Concretamente, Chevet dice haber recibido la promesa de las autoridades de que en cuanto la plaza de Notre Dame, conocida como Parvis, esté descontaminada de plomo, él y su equipo estarán presentes con una copia de la Virgen del Pilar de Notre Dame para acoger a los visitantes.
En este sentido, esperan poder ofrecer visitas alternativas en torno a la catedral para revivir un barrio que, tras el incendio, “está muerto”.
Restauración idéntica
En paralelo, el arquitecto jefe de Notre Dame, Philippe Villeneuve, dijo a la emisora RTL que el plazo de reconstrucción de cinco años, que era el objetivo inicial, se puede cumplir si la restauración se hace de manera idéntica.
“Trabajo en la restauración de lo que existe. En el futuro, o restauramos tal cual, en cuyo caso me ocuparé yo, o hacemos una aguja contemporánea y se ocuparía otra persona”, ha indicado el arquitecto en declaraciones la pasada semana.
La reconstrucción de la aguja destruida en el incendio, una obra de Eugène Violett-le-Duc que databa de una restauración del siglo XIX, es el principal objeto de controversia.
Persisten las divisiones entre quienes abogan por una reconstrucción idéntica o los que se decantan por un “gesto audaz” de arquitectura contemporánea.
Además, Villeneuve coincidió en la voluntad de reabrir la catedral al culto rápidamente, aunque descartó que pueda haber una misa en Navidades.