Tras las declaraciones de la ministra de la Mujer, Gloria Montenegro Figueroa, quien visitó la región e indicó que los casos de violencia familiar van en aumento, el vicario de la Diócesis de Chiclayo, Bernardino Gil Hernández manifestó que el trabajo para revertir las alarmantes cifras dependerá del amor que se brinda a los niños.
Explicó que ahora, lo que se construye en algunos hogares es la mentira, hipocresía y envidia, dejando de lado el amor, y los resultados se ven en un hospital, comisaría o cementerio.
“Si el niño es tratado con amor, de hecho que va a respetar a la mujer, o viceversa. Si el niño es tratado con maltratos y desamor, vamos a ver lo que hay ahora, la gente camina con rencor, vive con cólera, ante cualquier situación expresa su molestia y no sonríen”, expresó.
En ese sentido, dijo que la sociedad está enferma y eso se transmite de generación en generación.
La autoridad católica manifestó que en los colegios también se debe promover los valores, pero eso solo será una ayuda, puesto que son los hogares donde los niños se forman. “Lo que ven en sus hogares es un claro ejemplo para ellos y con eso crecen, sin importar si es bueno o malo”.
Los profesores cumplen un buen papel en los colegios, pero falta el apoyo de los padres, quienes ahora son más ausentes porque ambos trabajan, dejando de lado la formación del menor.
Dejó en claro que cuando el hombre y la mujer se alejan de Dios y pretenden solucionar los problemas a base de los gritos, agresiones y autoritarismo se verán las consecuencias en una denuncia por violencia familiar o el agresor podría terminar con una sentencia.