El sector del transporte público sufre un nuevo riesgo, y ahora por la presencia masiva de personas de nacionalidad venezolana; quienes se han refugiado en esta actividad económica, pero sin respetar el Reglamento Nacional de Tránsito, porque aseguran que prestan el servicio con licencias de su país.

“Esta situación pone en riesgo la seguridad de los pasajeros, porque si se registrara un accidente de tránsito, no se podría cubrir la atención o internamiento de los heridos”, expresó el dirigente.

Vásquez García explicó que uno de los requisitos para la activación del certificado Soat (seguro obligatorio establecido por ley con un fin de atención a las víctimas en un accidente de tránsito), es que la licencia de conducir sea de la categoría emitida por el Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).

El dirigente manifestó que la situación sería más complicada si se registrara un accidente de tránsito con una combi, cuyo chofer sea un ciudadano venezolano, porque se hablaría de 15 o 16 víctimas las que tendrían problemas para poder ser atendidas en las clínicas u hospitales.

EVITE RIESGOS

La propuesta de Vásquez García, para evitar el riesgo de los pasajeros que a diario abordan las unidades de transporte público cuyos choferes tengan este problema, es que el Ministerio de Transportes y Comunicaciones permita el canje de sus licencias de conducir expedidas en Venezuela por la de Perú.

“Si ellos tienen más de un año conduciendo en nuestro país, podrían inscribirse en el Ministerio de Transportes y canjear su licencia”, manifestó el dirigente.

Asaltos

Otro problema que se viene registrado en el sector transporte es el rebrote de los “falsos taxistas”, quienes vienen operando bajo la modalidad del pasajero a bordo en terminales terrestres informales y donde no se brinda la seguridad correspondiente.

Juan Vásquez García mencionó que, por ejemplo, en la vía de Evitamiento y otros ingresos a la ciudad de Chiclayo se ubican terminales de pasajeros, donde se estacionas “falsos taxistas” que recogen pasajeros para luego asaltarlos. Actualmente se registran 3 a 4 casos semanales.

“Los llevan a lugares desolados, les ponen armas de fuego o armas blancas y los despojan de sus pertenencias, es una modalidad muy conocida”, señalo Vásquez.

Los casos también se registran en las rutas que toman los estudiantes universitarios, tanto al distrito de Pimentel y la provincia de Lambayeque. Aquí se ha detectado la presencia de los “falsos colectivos”; “son unidades de taxis que recogen pasajeros, pero en su interior ya hay un cómplice que luego roban y hasta ultrajan a las jovencitas”.

El dirigente de taxi indicó que muchos de los casos no son denunciados ante la policía por temor o vergüenza; sin embargo es una cruda realidad que está ocurriendo en Chiclayo.

Exhortación

Para afrontar este problema y no permitir que esto incremente, el dirigente, sostuvo que las autoridades deben organizar las mesas de trabajo con quienes lideran los gremios y empezar a trabajar por la seguridad.

Estas mesas de trabajo deberían estar integradas por la máxima autoridad policial de la región Lambayeque, del Ministerio Público, el Poder Judicial, la Municipalidad Provincial de Chiclayo y el Ministerio de Transportes y Comunicaciones.

“Cuando estuvo el general Linares y Vallejos, con el Taxi Cívico se logró desactivar varias bandas organizadas. Lamentablemente el Taxi Cívico dejó de funcionar porque no se tenía el apoyo de la policía. Esto rindió sus frutos en su momento”, refirió el dirigente de los taxistas.

Invocó también a la Policía Nacional infiltrar a los efectivos de inteligencia para que comprueben todo lo que viene pasando en este sector y evitar que el problema se complique.