La Oficina de Participación Ciudadana (OPC) trabaja con seis programas a nivel regional para promover el acercamiento de la población con la policía y que a la vez sean aliados en la lucha contra la delincuencia.
“Trabajamos bajo el lineamiento de vecindario seguro, para ello se organiza a la comunidad para que nos brinden información importante que nos ayude a identificar como se va moviendo la incidencia delictiva en cada zona”, aseveró.
El año 2018 cerró con 1041 juntas vecinales con un total de 10 mil integrantes; mientras que en el 2019 ya son 4 031 juntas vecinales. Este trabajo de la conformación de las juntas se realiza en coordinación con la población, policía y municipalidades.
En el plan de trabajo de esta oficina, se tiene como meta del 2019 la conformación de más de 6 mil juntas vecinales, el próximo mes, se juramentará a 2500 juntas.
Las juntas vecinales son organizaciones sociales de base promovidas por la Policía Nacional y tienen la tarea de desarrollar actividades preventivas, informativas y de proyección social en apoyo a la Policía, para mejorar la seguridad ciudadana y prevenir situaciones adversas como pandillaje, venta de droga, violencia familiar, robo y hurto.
También se trabaja con las redes de cooperantes. A nivel regional, son 156 redes, quienes se comunica con la policía a través de una central de radio ubicada en Radio Patrulla.
La red de cooperantes, puede ser conformada por la asociación de lustrabotas, cambistas, taxistas, emolienteros, trabajadores de un grifo, vigilantes, entre otros grupos; quienes deben presentar la documentación a la policía para su conformación.
“En una red pueden estar los taxistas o colectiveros, por ejemplo, pero deben ser formales; a quienes se les capacita para que ayuden a brindar información, teniendo en cuenta que ellos están en las calles y pueden captar más rápido la información”, aseveró.
Con esta información ya sea reportada por radio o por el grupo de WhatsApp, se ha logrado desarticular las bandas dedicadas a la venta de drogas o peligrosos delincuentes.
La OPC también se encarga de conformar la brigada de autoprotección escolar (BAPES), integrada por los padres de familia; quienes apoyan en la seguridad de los alumnos durante el ingreso y salida de los colegios. Se cuenta con 101 BAPES en la región.
Los otros tres programas con los que trabaja la Oficina de Participación Ciudadana son la policía escolar que se juramenta en los colegios al inicio del año escolar, el club de menores que funciona mayormente durante el verano y el patrullaje juvenil, donde participan los adolescentes con vocación que cursan el 3,4 y 5 de nivel secundario.
El trabajo se ha intensificado en las instituciones educativas y universidades. “Nos dimos cuenta que según las denuncias, los robos provenían de los jóvenes, se trataba de universitarios víctimas de la modalidad de pasajero a bordo”.
La policía acude a seis universidades donde se brinda charlas y talleres para informar a los jóvenes sobre la prevención ante un robo; además, se les recomienda que no deben tener miedo al denunciar los hechos delictivos.