Irán desestimó el domingo las acusaciones de que es responsable por los ataques a unas plantas saudíes, un episodio que afectó la producción mundial de petróleo, y advirtió que las bases y portaaviones de Estados Unidos en la región están al alcance de sus misiles.
Pero el secretario de Estado de Estados Unidos, Mike Pompeo, dijo que no hay pruebas de que las agresiones vinieran de Yemen y acusó a Irán de “un ataque sin precedentes al suministro de energía mundial”.
El portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Abbas Mousavi, hablando en la televisión estatal, descartó la afirmación de Estados Unidos, mientras que un alto comandante de la Guardia Revolucionaria advirtió que la República Islámica está lista para una guerra.
“Todo el mundo debería saber que todas las bases estadunidenses y sus portaaviones ubicados a una distancia de hasta 2 mil kilómetros de Irán están al alcance de nuestros misiles”, dijo el jefe de la Fuerza Aeroespacial del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Amirali Hajizadeh, citado por la agencia de noticias semioficial Tasnim.
La compañía petrolera estatal Aramco dijo que los ataques reducirían la producción en 5.7 millones de barriles por día, o más del 5% de la oferta mundial de crudo, en momentos en que la empresa se prepara para cotizar en bolsa.
Aramco no dio ningún plazo para la reanudación de la producción, pero el domingo dijo que daría una actualización del progreso en unas 48 horas.
Una fuente cercana al asunto dijo que el retorno de la producción a su capacidad plena podría tomar “semanas, no días”.
El reino, el mayor exportador de petróleo del mundo, envía más de 7 millones de barriles de crudo al día, y durante años ha servido como proveedor de último recurso a los mercados.