Las quejas y reclamos en el sector Educación van en aumento, así lo declaró la presidenta de la comisión regional de Educación, Gisella Fernández Muro; quien precisó que el grupo más vulnerable es el de cesantes y jubilados.

“Sus quejas, sobre todo, son por la mala atención en las diferentes oficinas, en especial en el área de Planillas. Son colegas que por su avanzada edad no comprenden muchas veces algunos cambios y modificatorias en las normas y acuden para que les expliquen, pero según ellos reciben maltratos, poca atención e incapacidad en algunos trabajadores por desconocimiento de las leyes”, aseveró.

Respecto a las quejas que los usuarios plantean en este rubro, Fernández Muro también aceptó que estas se presentan con cierta constancia, sobre todo en término de orientación y por la burocracia que existe de oficina en oficina, además de la indiferencia con la que denuncian ser tratados.

“Me parece que falta un poco de calidad humana, acercamiento al usuario y tener consideración que todas las personas no contamos con la capacidad de entendimiento, en especial de algunos que por la edad van perdiendo ciertas facultades”, enfatizó.

INFRUCTUOSAS

La consejera regional precisó que, las veces que como comisión intervinieron ante las quejas, se dejaron constancia de solución en actas.

Destacó que, ante estas circunstancias, los directores de las UGEL siempre se muestran predispuestos para solucionarlas en las mesas de trabajo que se organizan, “pero parece que cuando regresan a sus oficinas se olvidan de todo lo acordado, poniendo como excusa, sobre todo en la UGEL Chiclayo, la falta de personal”.

“Las quejas no han disminuido, van en aumento, hay una insatisfacción vemos que nuestras autoridades no corrigen, por eso las mesas de trabajo me causan una gran preocupación, porque se adoptan acuerdos y firman actas, pero no vemos resultados…estamos a 10 meses de gestión y no observamos cambios”, cuestionó la consejera.

Por último, les recordó a los directores de las tres UGEL el tácito acuerdo adoptado en las últimas reuniones, que consiste en disponer a un personal para llevar el cheque de pago hasta sus domicilios a aquellos maestros jubilados o cesantes imposibilitados de salir a recoger sus boletas de pago.

“Porque cuando no los recogen en un determinado tiempo, los declaran incluso hasta muertos”, acotó.