El informe de auditoría denominado “Protección a los bienes arqueológicos de la zona arqueológica de Ventarrón, a la zona arqueológica de Sipán y museos a cargo de la Unidad Ejecutora 005: Proyecto Especial Naylamp”, realizado por el Órgano de Control Institucional del Ministerio de Cultura, detectó presuntas irregularidades de parte del titular de la Dirección Desconcentrada de Cultura (DDC) de Lambayeque, Luis Narváez Vargas, y del director del Museo Tumbas Reales de Sipán, Walter Alva Alva.
Aquí, el informe menciona a Alberto Risco Vega, responsable de la Unidad Ejecutora 005: Proyectos Especiales Naylamp durante el periodo de marzo de 2016 al 16 de octubre de 2017 y su “no disposición oportuna de las gestiones administrativas para su traslado al almacén construido en el Museo Tumbas Reales de Sipán, hecho que ocasionó que dichos bienes se encuentren expuestos a situaciones de riesgo, siendo finalmente afectados por un incendio originado en el predio colindante al sitio arqueológico de Ventarrón”.
En la observación dos, Contraloría hace mención al actual director de la DDC Lambayeque, debido a que la “impunidad por la falta de procedimiento administrativo sancionador por parte de la DDC en casos de afectaciones producidas al Complejo Arqueológico Sipán limita el ejercicio de la potestad sancionadora ocasionando la reincidencia de afectaciones y la inaplicación de sanciones a las que hubiera lugar en perjuicio del patrimonio cultural”.
Sobre Narváez Vargas precisa que “teniendo conocimiento de los casos de las afectaciones contra el patrimonio cultural cometidas en el Complejo Arqueológico de Sipán no dispuso ni gestionó la rotación, contratación o asignación del personal técnico y/o legal necesario para la implementación del órgano instructor responsable de dirigir el procedimiento administrativo sancionador y conducir la etapa instructora (…), hecho que ocasionó la indefensión del patrimonio cultural”.
La última observación, con respecto a Alva Alva, la Contraloría manifesta que la “designación del director del Museo Tumbas Reales de Sipán como coordinador encargado de supervisar el cumplimiento de contratos suscritos entre la UE 005 y la asociación ‘Patronato de Sipán’ para la cesión temporal del espacio del museo, pese a ser miembro fundador de la concesionaria y su cónyuge miembro de la junta directiva, ocasionó que la supervisión a la ejecución de los contratos se realice con falta de transparencia e imparcialidad derivado del conflicto de intereses”.
En este caso, el ente de control refirió que “lo expuesto se produjo por el accionar de Narváez Vargas, quien designó al director del Museo Tumbas Reales como coordinador encargado de la supervisión de contratos a pesar de tener conocimiento que dicha persona es miembro de ‘Patronato Sipán’ y su cónyuge formó parte de la junta directiva (…), asimismo, porque Alva Alva no se inhibió de ejercer el cargo”.
RESPONDE
En comunicación con este medio, Walter Alva Alva negó que haya incurrido en alguna irregularidad, y aseguró que la Contraloría “se está yendo al extremo”.
“Ellos (Contraloría) siempre se van al extremo, pero varias aclaraciones alí. Una de ellas es que mi esposa renunció mucho antes de que se haga ese contrato. Segundo, no puede haber conflicto de interéses, porque el Patronato es una institución sin fines de lucro, no es una concesionaria cualquiera, está pagando el alquiler que paga cualquiera”, remarcó.