Para el regidor chiclayano de minoría, Jony Piana Ramírez, el plan de reordenamiento del mercado Modelo de Chiclayo es “débil”. Esto debido a que, según explicó, las acciones emprendidas por la municipalidad provincial no forman parte de algo que se haya planificado de manera sostenible, sino, que es un mero cumplimiento a una resolución judicial.
“Lo que ocurre es que este ingreso al mercado para reordenarlo no es una decisión del alcalde (Marcos Gasco Arrobas) y no se hace en aplicación de su plan de gobierno; se hace en base a una orden judicial. Entonces, al basarse en ello, se tiene que cumplir, pero no obedece a un planteamiento integral, sino, a un hecho que está obligado a hacer. Esa es una primera explicación de los vacíos que existen”, agregó el regidor.
Del mismo modo, Piana Ramírez reprochó que no haya un correcto desarrollo de estrategias a que involucren al Modelo en la mejora de su propio futuro. “Por otro lado, no se ha avanzado en los grandes instrumentos de gestión para ver cuál es el futuro del Modelo; de tal modo que no se puede dar sostenibilidad porque no se sabe a dónde se quiere llegar con todo este proceso que se ha iniciado”, manifestó.
SOCIÓLOGOS
Por su parte, Juan Dávila Cisneros, decano del Colegio de Sociólogos de Lambayeque, opinó que el “proceso no debe retroceder”; ello por el regreso de los informales. “Si el proceso ya se dio no puede dar marcha atrás, la autoridad tiene que mantenerse, porque si no, no tendría mucho sentido los días perdidos para atender el Modelo; y la expectativa que se ha generado en la ciudadanía de un ordenamiento”, expresó.
El titular de dicha orden profesional enfatizó en que aún se desconoce qué es lo que se ha hecho o pretende hacer, de parte de la municipalidad de Chiclayo, hacia los comerciantes afectados por la demolición de sus puestos al interior y, sobre todo, con los ambulantes.