El anuncio de la venta de la casona Iturregui-Montalvo en la ciudad de Lambayeque genera cuestionamientos de algunos sectores de esta provincia; sin embargo, el arqueólogo Carlos Wester La Torre, director del Museo Arqueológico Brüning, aclara que no existe prohibición para hacerlo, siempre y cuando sus nuevos propietarios mantengan la estructura arquitectónica del Patrimonio Monumental de la Nación. Allegados a la familia propietaria señalan que hay un acercamiento con la municipalidad de Lambayeque para vendérsela.

 

La casa Iturregui-Montalvo, se ubica en la equina que conforman las calles 8 de Octubre y Miguel Grau. Un aviso de venta en sus paredes donde se publican algunos números telefónicos de contacto para los interesados, motivó una reacción en las redes sociales.

 

El poeta y declamador Tolomeo Aliaga, publicó en su cuenta de Facebook: “Insólito pero cierto...justo para el bicentenario del primer grito de libertad. Marcha por nuestro patrimonio”. Los comentarios fueron diversos, desde aquellos que señalaban que el aviso no era reciente, sino que tenía mucho tiempo.

 

Algunos referían que quien la compre tendría que restaurarla, otros señalaban “por qué no se habla con los alcaldes de Lambayeque y de Chiclayo para ver si se adquiere por abandono”. Hubo quien aclaró que la “venden los herederos del prócer Iturregui, es decir su familia”. Y, finalmente, otro que dijo: “seguro que el INC ha dado luz verde para la venta”.

 

Para aclarar si existe alguna prohibición para su venta, recurrimos al director del Museo Arqueológico Brüning, Carlos Wester La Torre, quien precisó que “la ley dice que independientemente de su condición de propiedad pública o privada esta no pierde su condición misma de monumento (histórico) por lo que representa. Entonces, la preocupación radicaría en las manos de quien aparezca, que sean manos que le den el valor histórico que esta tiene. Y pueda garantizar su conservación y su uso social”.

 

Recordó, precisamente, que hay varias entidades privadas que tienen monumentos históricos, como ha sucedido en Trujillo, y que tienen un uso público y que se conservan y que son monumentos que están al servicio de la comunidad.

 

“Lo triste sería que por preservarlas (estando en el Estado) estas se caigan y no haya los recursos para poder mantenerlas y darles el tratamiento que necesitan, como la ley expresamente lo dice, que las entidades públicas o privadas pueden contribuir a la conservación o exhibición de estos inmuebles”.

 

Precisó que lo que debería tenerse en cuenta es lo que representa, independientemente de quién lo tenga. Y como ello puede garantizar el saber el tiempo que se conservará y que los usuarios y nosotros los herederos de la historia del lugar, podamos disfrutar de esa historia.

 

La Industria conversó con Maggi Carpena, familiar de los propietarios de esta casona; quien dijo que esta propiedad fue vendida a uno de sus tíos, don Pedro Cárpena, que a su vez la heredó a su esposa, quedando luego en propiedad de sus hijos.

 

“La municipalidad está interesada en comprarla para hacerla la Casa de la Cultura. Estoy hablando con ellos, estamos fijando precio, por ser el Bicentenario de Lambayeque están interesados en comprarla”, aseguró.

 

Maggie Cárpena, señaló que esta casa la compró don Juan Manuel Iturregui, prócer de la independencia de Lambayeque, “sé que es mi bisabuelo. Incluso yo recibí la condecoración de mi papá (Augusto Cárpena Iturregui) por ser el único heredero de Juan Manuel Iturregui).

 

Jorge Rogerio Izquierdo Castañeda, conocido investigador, en una publicación da cuenta que el inmueble conocido como la casa Iturregui-Montalvo “fue declarado Patrimonio Monumental de la Nación, por Resolución Jefatural 009 emitida por el Instituto Nacional de Cultura (hoy Ministerio de Cultura) del 12 de enero de 1989, y como tal queda protegido por la Ley 24047 de Amparo al Patrimonio Cultural de la Nación. La Resolución fue publicada en el Diario Oficial “El Peruano”, el 28 de abril de 1989”.

 

Señala que “el activo colaborador de la independencia de Lambayeque don José Ignacio Iturregui Aguilarte, hermano del prócer general Juan Manuel Iturregui Aguilarte, aparece como dueño de la mansión a partir de mediados del siglo XIX”.

 

Asimismo, da a conocer que a “José Ignacio Iturregui se le recuerda por su decidida y valiente participación en el pronunciamiento por la independencia del pueblo de Lambayeque, la memorable noche del 27 de diciembre de 1820. Estuvo en el primer contingente de jóvenes lambayecanos que marcharon presurosos a enrolarse en las filas del Ejército Libertador, acantonado en Huaura”.