Con esta décima suele presentarse Miguel Reinoso Córdova en cada escenario que lo acoge siempre con algarabía, dentro y fuera del Perú, donde el público asistente disfruta con mucha emoción de las décimas trovadas de su cosecha, engendradas con mensajes formativos, las mismas que dispara de manera certera con su talento innato y melodiosa voz, calando en lo más profundo de la conciencia humana.

 

Nacido el 5 de junio de 1964, en Canchaque, capital del distrito del mismo nombre, en la provincia de Huancabamba, departamento de Piura, radicado hace 33 años en Chiclayo, Miguel Reinoso Córdova es un repentista nato, con gran nivel cultural, dotado de impresionante imaginación que le permite encandilar los versos octosílabos, a los que hace rimar el primero con el cuarto y quinto, el segundo con el tercero, el sexto con el sétimo y décimo, así como el octavo con el noveno; creando de esta manera las décimas que ofrece durante sus presentaciones artísticas con melodías creadas por él mismo y con el acompañamiento de su infaltable guitarra criolla.

 

Ataviado de un poncho canchaqueño y de un sombrero de paja norteño, que lo distingue de los demás decimistas, desde que aparece en escenario el vate piurano, pero de corazón chiclayano, despierta la admiración de quienes tienen el deleite de verle y escucharle interpretar sus composiciones que improvisa para satisfacer la expectativa del público que siempre lo premia con fuertes aplausos.

 

Fusionando la poesía con la música, interpreta décimas musicalizadas que él mismo compone, a lo humano y lo divino, de manera magistral con impecable métrica y original estilo, desplegando sabiduría e ingenio propios de quien es considerado uno de los grandes exponentes de la décima trovada de nuestro país.

 

Su labor de promoción y difusión de la décima, reivindicando a la poesía popular, no está limitada a las fronteras de Perú; sino que, con este mismo propósito, viaja periódicamente a los países fronterizos de Chile, Ecuador, Bolivia y Colombia, donde se presenta en diferentes escenarios; cantando décimas, como la siguiente:

 

“Mientras la vida sonría/como el campo en primavera/se ha de escuchar mi versera/voz, haciendo poesía/hasta que llegue aquel día/en que la muerte tunante/como su guadaña cortante/mutile mi fiel destino/Mas, reinará mi trino/en la voz del caminante”.

 

Cuando era niño, el autodenominado “Juglar de los juglares”, ya declamaba con mucha versatilidad en las actuaciones de las escuelas donde cursó sus estudios primarios. Durante su adolescencia, incursionó en la poesía tradicional y empezó a cantarle a la naturaleza; así como a dibujar y pintar figuras divinas, por las que manifiesta que se siente muy atraído hasta la actualidad.

 

Tras egresar del Centro de Instrucción de la Guardia Civil del Perú “Mariano Santos Mateos” y ser destacado para laborar en Chiclayo, empezó a escribir poesía, hasta consolidarse como creador de décimas libres y de pie forzado que interpreta con la melodía “decimera” de su cosecha y, cuando el caso lo amerita, canta los diez versos octosílabos con la melodía “trova 10”, que también ha patentado.

 

Durante su dilatada trayectoria, Miguel Reinoso se ha presentado en actividades organizadas por diferentes instituciones educativas, universidades, municipalidades y colegios profesionales de Lambayeque y de otros departamentos de nuestro país; así como en la Dirección Desconcentrada de Cultura de Lambayeque y el Museo Tumbas Reales de Sipán.

 

Invitado por el otrora presidente de la Asociación de Decimistas del Perú, César Huapaya Amado, el también conocido como “El cantor del cafetal” ha participado con mucho éxito en varias ediciones del Encuentro Nacional de la Décima.

 

Desde el año 2013 viene participando en el encuentro de internacional itinerante “Capulí, Vallejo y su tierra”, peregrinación única en el mundo, en homenaje a César Vallejo, a la identidad peruana, latinoamericana y universal.

 

Miguel Reinoso merece una mención especial por haber ocupado el primer puesto en el concurso de poesía realizado durante el III Encuentro Hispanoamericano de Artes y Letras, denominado “Edimson Campoverde Gallo”, realizado en Loja (Ecuador).

 

Por su dilatada trayectoria artística, el Gobierno Regional de Lambayeque le concedió la medalla “Señor de Sipán”; mientras que la Municipalidad Distrital de Santiago de Chuco le otorgó el “Laurel de Oro, Telúrica y Magnética” en mérito al sobresaliente trabajo cultural que desarrolla, cuya obra es continua, digna y dedicada a resaltar los valores humanos; la Municipalidad Distrital de Quiruvilca le entregó las “Llaves de la Ciudad”, entre otras distinciones.

 

Además, ha sido declarado como “Visitante Ilustre” de Tinta, Cusco, Monsefú, Paine (Chile) e “Hijo Predilecto” de la Institución Educativa Nicolás La Torre de Chiclayo, donde ha dictado varios talleres de poesía, demostrando que la décima se puede convertir en una estrategia didáctica para la enseñanza.

 

Precisamente, diez de sus décimas de pie forzado forman parte de la muestra contemporánea de la décima en América Latina “Un Encuentro de Hermandad, Décimas”, de César Huapaya Amado, publicado por el “Taller Lican-Rumi, Tradición y Cultura Popular”, en la cual participan 28 poetas populares de México, Cuba, Puerto Rico, Panamá, Venezuela, Colombia, Ecuador, Perú, Brasil, Chile, Argentina y Uruguay.

 

César Huapaya Amado, en la segunda edición corregida y aumentada de “La Décima en Chile y Perú – Antología”, donde se recopila el trabajo de 56 poetas chilenos y 56 poetas peruanos, también ha incluido décimas de Miguel Reinoso, junto a las de los consagrados Ricardo Palma, José Santos Chocano, Mariano Melgar, José Bernardo Alcedo, Emiliano Niño Pastor, Nicom edes Santa Cruz, Porfirio Vásquez, Abelardo Gamarra (“El Tunante”), entre otros.

 

Las décimas de Miguel Reinoso también forman parte de las antologías “Mil poemas a César Vallejo”, “Mil poemas a Miguel Hernández”, “Mil poemas a José Martí”, “Mil poemas a Sor Teresa de Calcuta”, “Mil poemas a Óscar Alfaro”; así como de “Homenaje a Túpac Amaru”, “Homenaje a Charles Baudelaire”, entre otras publicaciones hechas por Alfred Asís.

 

Además de componer y cantar décimas, como “A la ciudad de Chiclayo”, “Caballo de paso y Luna”, “Un canto para Vallejo”, “José Gabriel Condorcanqui”, “Mi buen Juan Pablo II”, “A Teresa de Calcuta”, “Para ti, Chabuca Granda”, entre otras, Miguel Reinoso se caracteriza por tocar guitarra, acordeón, bandoneón, órgano electrónico, dibuja, pinta, canta y es licenciado en Idiomas Extranjeros, llegando a dominar el inglés, francés, italiano, quechua, chino mandarín, portugués y alemán.