Regional
Publicado el Domingo, 15 de Septiembre del 2019

Escolares informaron sobre consecuencias del arsénico

En los 30 años de la Convención de los Derechos del Niño, se visitó Mórrope, por el caso del agua contaminada con arsénico
Integrantes de la Mesa de Concertación para la Lucha contra la Pobreza visitó el colegio Julio C. Tello ubicado en el caserío Cruz del Médano en el distrito de Mórrope, donde los escolares expresaron su malestar por el consumo del agua con arsénico.
 
En el marco de los 30 años de la Convención de los Derechos del Niño, se está tratando y visitando diversos sectores para escuchar al niño y adolescente, siendo Mórrope uno de los elegidos, por el caso del agua contaminada con arsénico.
 
Durante el taller, el grupo de 25 estudiantes de nivel secundario expresaron que padecen de dolor de estómago, manchas o picazón en la piel, dolor de cabeza, caída de cabello, manchas en los dientes, entre otros problemas de salud. Esto quedó plasmado en papelotes, exposición y debate, como los efectos inmediatos que les produce consumir el líquido elemento.
 
Los escolares demandan a las autoridades filtros, nuevos pozos, cisternas de agua, para reducir el impacto en su salud y calidad de vida.
 
El presidente de la Mesa, Luis Montenegro Serquén sostuvo que se está vulnerando el derecho a la salud y a vivir bien de los niños y adolescentes, por lo que hizo un llamado a las autoridades para que asuman sus funciones y encontrar soluciones inmediatas, considerando el tiempo que transcurrió desde que se conoce el alto índice de metales pesados en el agua.
 
“Si esto sucediera en Chiclayo o Miraflores, distritos de la zona urbana ya se habría solucionado el tema, pero estamos hablando del malestar de los niños que usan esta agua y que según los libros las consecuencias sería por el arsénico”, expresó.
 
OPINIÓN TÉCNICA
El ingeniero hidráulico Miguel García Puémape explicó que siendo el arsénico, el vigésimo más abundante en la corteza terrestre, se encuentra disuelto en aguas superficiales y subterráneas en el orden de magnitud de microgramos por litro y sólo puede ser detectado en laboratorios sofisticados, por personal técnico altamente calificado, en un escenario de muy alto costo monetario, dentro de los cuales las aguas de pozos tubulares, construidos normalmente para rendir caudales altos en litros por segundo para consumo doméstico o industrial, jamás consideran especificaciones técnicas relativas a presencia de arsénico u otros metales pesados en sus aguas.
 

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