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Publicado el Lunes, 05 de Agosto del 2019

Urge una casa refugio para mujeres violentadas

En estas dos últimas semanas, dos mujeres fueron asesinadas en el Perú.
En lo que va del año, ya son 97 mujeres asesinadas en diferentes partes del Perú. Al iniciar agosto, Lucila Ceras de 33 años, quien vivía en el asentamiento humano Los Heraldos de Motupe, fue la última víctima. Su pareja Julio Moscol, la atacó con un cuchillo de cocina.
 
El lunes 29 de julio, también se registró un caso de feminicidio en el distrito de Jesús María en Lima. Adolfo Canales, expareja de Pamela Costa, de 32 años, sacó su arma de fuego y disparó contra ella. En ambos casos, quedan en la orfandad sus menores hijos.
 
Frente a esta preocupante situación, La Industria conversó con la consejera Mónica Toscanelli, presidenta de la Comisión de la Mujer, Juventudes, Derechos Humanos y Programas Sociales, quien sostuvo que la justicia en el Perú continúa siendo lenta y las féminas al realizar su denuncia no tienen a donde ir, por tanto, deben regresar al mismo lugar de violencia.
 
En ese sentido, considera que deben existir refugios en las tres provincias de Lambayeque, donde las mujeres puedan alejarse de su agresor y prepararse para salir adelante, porque muchas veces, las normas están escritas, pero no se otorgan las condiciones para llevarse a cabo. “Falta un trabajo articulado entre los sectores de Educación, Salud, Ministerio de Justicia, Policía Nacional del Perú, autoridades, etc.”, agregó.
 
Asimismo, todo agresor desde la primera denuncia que presenta su víctima, debe recibir un tratamiento psicológico. En tanto, el Estado tiene que dar mayor énfasis a la salud mental de la población.
 
Para Angélica Musayón Chira, coordinadora regional de la Confederación Ciudadana de Mujeres de Lambayeque, el gobierno tiene que establecer prioridades y mostrar resultados precisos para erradicar la violencia a la mujer.
 
“Estamos viendo mucha reunión, que no sirve para nada. Lo que la población quiere, las mujeres quieren son servicios concretos. Han pasado muchos años, algunas instituciones vienen trabajando y no vemos una casa refugio regional, donde las mujeres se sientan protegidas y desarrollen sus habilidades emocionales y económicas”, finalizó.
 

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