Todos los meses del año, desde diferentes partes del mundo y regiones del Perú llegan cientos de feligreses hasta el distrito de Motupe, provincia de Lambayeque para visitar la Santísima Cruz de Chalpón o Cruz de Motupe, que fue encontrada hace 151 años.
Ernesto Fernández Arbulú, padre de la parroquia San Julián, indicó que para los creyentes el Sagrado Madero es signo de victoria y redención, en ella ha quedado impregnado el amor hecho sacrificio de Jesús, quien dio su vida para ofrecer salvación a la humanidad.
“Somos herederos de una rica tradición religiosa y es motivo por el cual el alma busca saciar esta sed de amor divino y es en la cruz donde encuentra la paz para el corazón inquieto y el alma turbada”, señaló.
Los fieles a pesar de la lluvia, el sol, los largos recorridos de las procesiones, entre otras acciones, hacen lo posible para participar de cada una de las actividades que se programan. Esto solo es posible, por su fe y esperanza.
“Ver a padres con sus niños en brazos o pequeños de la mano, escalando el imponente cerro Chalpón te mueve a pensar que es una devoción tan viva en el sentir religioso que va en incremento”, agregó el padre.
El Sagrado Madero es un imán que atrae cada día a cientos de creyentes en busca de consuelo y esperanza, quienes buscan recibir del Señor una caricia alentadora en medio de cada circunstancia particular que viven.
MILAGROS
Aunque no existe un registro formal que contemple los milagros obrados por Dios a través de la Santísima Cruz, el padre Fernández Arbulú, sostuvo que ha recibido muchos testimonios en lo que el Bendito Madero inspiró y obró en bien de muchas almas que buscan consuelo y una ayuda por enfermedad u otras circunstancias donde se vieron aisladas.
“Son muchas las manifestaciones que dan a saber la obra de Dios: un embarazo deseado con tanta ilusión y el milagro de la vida en aquella mujer; la recuperación ante una enfermedad, el salir ileso ante un accidente, la búsqueda de una mejora laboral y la superación ante dicha adversidad”, enfatizó.
En enero del 2018, sucedió un milagro inolvidable para la Cruz de Chalpón, pues fue trasladada hacia la ciudad de Trujillo para participar en las celebraciones litúrgicas y recibir la bendición del papa Francisco, quien se llevó una réplica del Madero Divino, forjada íntegramente en plata.
IGLESIA
La parroquia “San Julián” pertenece a la jurisdicción de la Diócesis de Chiclayo y está conformada por los distritos de Motupe y Chóchope. Una gran extensión territorial que requiere mucha atención, teniendo en cuenta los caseríos y centros poblados que lo conforman, mencionó el padre Ernesto.
Manifestó que la iglesia está trabajando para fomentar la fe y devoción de los creyentes y dicha labor requiere una organización que permita asistir pastoralmente a los fieles en las necesidades espirituales (sacramentos, formación religiosa y acompañamiento espiritual). La Iglesia no es ajena a este tipo de retos, ya que en palabras de nuestro Señor Jesús: “La mies es mucha”.
Uno de los objetivos que tiene la parroquia San Julián es continuar con su trabajo de evangelización y asistencia pastoral, con las limitaciones y dificultades que se puedan presentar en el camino, además de fortalecer institucionalmente la Hermandad de la Santísima Cruz de Chalpón.
Para Ernesto Fernández, ser párroco de una iglesia grande en extensión es una gran responsabilidad, pero gracias a Dios, cuenta con el apoyo del diácono Frank Núñez Quispe y de muchas personas que por medio de su servicio generoso le brindan de su ayuda; sin dejar de mencionar a los miembros de la hermandad.
“La santidad hace referencia a una vida virtuosa y es lo que deseamos cada día alcanzar y esperamos que desde el cerro de Chalpón, como desde el Gólgota, Jesús nos ayude a ganar el cielo”, enfatizó.
FIESTA
Este cinco de agosto, la Cruz de Motupe cumple 151 años de su hallazgo. Se estima la presencia de un aproximado de 500 000 fieles durante los días de fiesta que inició el 26 de julio y culmina el 14 de agosto.
El padre Ernesto, subrayó que Dios ha bendecido a la región Lambayeque y al distrito de Motupe con un hermoso signo religioso, que desde el cerro Chalpón está puesto como estandarte de sacrificio y amor divino por la humanidad.
“No podemos ser ajenos a tan bello regalo del cielo, dejado por Fray Juan Abad, sino que debemos hacer de esta presencia y festividad religiosa, un medio de renovación espiritual que nos comprometa a ser mejores personas, mejores familias y una mejor sociedad. Somos herederos de una rica tradición religiosa y por ello, les invito a participar de este encuentro de fe que nos acerca más a Dios y nos renueva en nuestra vida cristiana”, culminó.