Cientos de niños y niñas en el Perú no van al colegio por trabajar. En la ciudad de Chiclayo se observan día a día a muchos de ellos lavando carros, vendiendo golosinas e incluso pidiendo propinas a altas horas de la noche o realizando otro tipo de actividades que exponen su vida al peligro.
Según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), en el 2018, de los aproximadamente siete millones de menores peruanos, entre seis y 17 años, el 23.4% trabaja; es decir; más de un millón y medio.
“No es posible que una sociedad del siglo XXI haga trabajar a los niños para la supervivencia de su familia, cuando el niño debe estar dedicado al juego”, indicó Maximiliano Plaza Quevedo, decano regional del Colegio de Psicólogos.
Explicó, que los menores aprenden a través del apoyo de sus maestros, de sus padres, de lo que observan en las redes sociales y los medios de comunicación. Por ello, es responsabilidad de todos contribuir a su desarrollo. “Sino se invierte en los niños, no cambiamos nuestro país”, agregó.
A los padres de familia les recomendó aprender a escuchar a sus hijos, crear apego con ellos y no dejarlos solos. Por el contrario, acompañarlos en cada etapa de su vida.
Luis Montenegro Serquén, coordinador de la Mesa de Concertación de la Lucha contra la Pobreza de Lambayeque, en la mesa de diálogo por los 30 años de la Convención sobre los Derechos del Niños, indicó que “…la pobreza sigue teniendo rostro infantil y se requiere unir esfuerzos para garantizar sus derechos”.
La violencia física, psicológica y sexual es otro de los problemas que debe atender el Estado, precisó. De acuerdo al Anuario Estadístico PNP, el año pasado en el Perú se produjeron 3 767 violaciones a menores entre 12 y 17 años. De los cuales, 189 corresponden a la región Lambayeque.