En un último informe realizado por Defensa Civil en el Centro de Gestión Tributaria de Chiclayo (CGT), se detalla el hacinamiento y lo angosto que resultan las escaleras y pasadizos del local ubicado en Balta, para lograr escapar durante una emergencia.
Este edificio antiguo de cuatro pisos, no cumple con escaleras de una medida de 1.20 centímetros de ancho, el hacinamiento que se evidencia es incontrolable, ya sea por el personal como por la logística, esas son algunas de las observaciones que se detallan.
La Industria realizó un recorrido por este edificio, encontrando techos y paredes con evidentes rajaduras, algunas han sido parchadas para pasar desapercibido. Y es que, después del sismo ocurrido en la madrugada del domingo 26 de mayo, la situación empeoró.
Lo cierto es que, en este informe realizado hace pocos días no se detalla nada de las notorias rajaduras en techos y paredes, según indicó el jefe del CGT, César Huancas Velasco.
En este local trabajan 150 personas, pero solo se cuenta con dos servicios higiénicos, que son utilizados por el personal y en algunas ocasiones también para los contribuyentes que llegan a diario a realizar sus pagos y trámites.
“De registrarse un sismo, la gente se va a matar por salir corriendo. El local es inadecuado, la forma caótica en que trabajamos, el hacinamiento, aquí sucede un sismo y repito es un peligro tremendo no solo para nosotros sino para los contribuyentes”, aseveró Huancas Velasco.
Ante esta situación, el funcionario mencionó que ha conversado con el alcalde de la comuna chiclayana, Marcos Gasco Arrobas, a quien le ha hecho hincapié que en esas condiciones no se puede seguir trabajando, por lo que evalúan la posibilidad de trasladarse hacia otro local.
“Le he dicho al alcalde que en esas condiciones no podemos seguir, es muy inadecuado hasta para los usuarios. Así que vamos a ver para este año la posibilidad de ir a otro lugar, estoy viendo locales, propuestas, pero todo está sujeto a un tema presupuestal”, comentó.
Se debe precisar que los siete informes elaborados por el personal de Defensa Civil, fueron entregados a diferentes funcionarios desde gestiones anteriores; sin embargo, ninguna autoridad se preocupó por atender la emergencia.