Una gran peregrinación de fe para el próximo dos de junio anunció ayer en la cuarta misa del año de “Sábado de Promesa” el P. Eleuterio “Lute” Vásquez Gonzales, como parte de las diversas actividades que durante todo el año se desarrollan conmemorando los 370 años de la milagrosa aparición del Divino Niño del Milagro Eucarístico en la hostia consagrada, en 1649.
El milagro eucarístico ocurrido en Ciudad Eten es considerado como el único del Perú y América que refleja el amor de Dios. El domingo 2 de junio la gran peregrinación de fe partirá a las 8:00 a.m desde el templo ubicado en el parque de Ciudad Eten e irá por los centros poblados Cascajales y Villa el Milagro, para continuar por la carretera (entre Reque y Puerto Eten) e ingresar por la zona de Perpetuo Socorro en Puerto Eten y continuar por dicho distrito hasta llegar nuevamente a Ciudad Eten.
Cabe señalar que desde el año pasado esta peregrinación cuenta con el permiso por parte del Vaticano para conceder la indulgencia (perdón de las faltas o errores) a todas aquellas personas que participen de la misma. En el 2018 la peregrinación se realizó desde Monsefú hasta Ciudad Eten.
“Todos estamos invitados a participar el 2 de junio, pero previamente –durante el mes de mayo, mes de María—todas las familias, instituciones y parroquias pueden venir a nuestro templo en lo que hemos denominado el mes de las peregrinaciones al Niño, y los últimos días de mayo será la semana de la Eucaristía con la participación de todos los colegios. El sábado 1 de junio tendremos aquí la primera convención de acólitos de la Diócesis de Chiclayo con quienes oficiaremos la Misa de Promesa y por la noche una bonita serenata para celebrar con alegría ese maravilloso regalo de Dios”, explicó P. Lute a los feligreses.
Fue un 2 de junio de 1649 cuando Dios hecho niño apareció en la Hostia Consagrada durante la misa de Corpus Christi. Ante la mirada atónita de padres franciscanos, allí estaba un pequeño de cabello rubio ensortijado. Todos gritaron ¡milagro! ¡Milagro! Todo ello ocurrió en el pueblo Santa Magdalena de Eten y el prodigio se repitió el 22 de julio del mismo año, cuando se oficiaba la misa en honor a la patrona. Ese día ocurrieron dos apariciones, la primera el niño nuevamente y la segunda tres corazones entrelazados que simbolizaban la Santa Trinidad.
“Familia unida no la separa nada, unidos en familia más cólera le vamos a dar al diablo. Por ello todos están invitados los primeros sábados de cada mes; ya vamos entendiendo lo que es nuestra promesa que implica sacrificio porque tenemos un compromiso con el Señor. No debemos romper ese compromiso, hay que cuidarlo; frente a las dificultades no te rindas, no te desanimes. La palabra de Dios nos hace distintos. Cuando alguien muere tenemos una gran fuerza en el cielo, están rogando por nosotros”, expresó P. Lute como parte de la homilía de Sábado de Promesa.