Cultura
Publicado el Lunes, 25 de Febrero del 2019

Llamados por Dios para servir al prójimo

Precisa que bordeando los 25 años, es la edad mínima que una persona puede ser sacerdote.
Optar por seguir el sacerdocio y dedicarle nueve años continuos de estudios en un seminario católico, no es una decisión fácil, requiere de mucha voluntad y sacrificio, sin embargo, hay jóvenes que,hoy en día, convencidos de su servicio a Dios y gracias a esa vocación, se reciben de sacerdotes y están prestos a predicar el evangelio. Su satisfacción, es muy espiritual, de acercamiento al Señor, pero también de obrar a favor del prójimo.
 
En realidad, ¿cuántos jóvenes están dispuestos a seguir el sacerdocio como una opción vocacional? ¿Cuántos están decididos a abandonar el placer efímero que le brinda nuestra sociedad y adejar las diversiones propias de su generación para volcarse a conocer a Dios?
 

Vocación
 
El sacerdote Fidel Purisaca Vigil, director de la Oficina de Medios de Comunicación Social de la Diócesis de Chiclayo, señala que el sacerdocio es una vocación. “Es una llamada que Dios hace a determinadas personas para servirle a Él y también al prójimo. Tiene un componente importante y determinante en el aspecto sobrenatural, porque es una llamada de Dios”.
 
Afirma que para moldear esa vocación está el Seminario “Santo Toribio de Mogrovejo” que desde hace unas seis décadas viene formando a los jóvenes con instinto divino de abrazar el sacerdocio. “Gracias a Dios, en el seminario de Chiclayo de nuestra Diócesis hay vocaciones, todos los años hay candidatos. Aunque en el camino van quedado algunos, pero los más terminan”.
 
Refiere que los jóvenes que tienen esas inquietudes sacerdotales y religiosas, terminada la secundaria, optan por una determinada actitud en su vida. Y es esta, precisamente,la de acudir “al llamado de Dios”. “Después de un periodo de conocimiento con un sacerdote, una persona especialista en estas tareas, entonces, llegan a la decisión de que están en ese camino hacia el sacerdocio”.
 

Tiempo de estudio
 
Los estudios para ordenarse sacerdote duran unos nueve años, que comprenden: un año de propedéutica, tres de filosofía, cuatro años de teología y uno de pastoral. “Nueve años de estudios, con uno de iniciación”, remarca Fidel Purisaca.
 
Precisa que bordeando los 25 años, es la edad mínima que una persona puede ser sacerdote. “25 como mínimo o más. Durante el tiempo que permanece en el seminario se va estudiando y evaluando, no solo académicamente sino lo productivo, lo humano y espiritual. Se va evaluando al candidato para ver si es que llega a recibir la ordenación”.
 
“Es un conglomerado de condiciones que debe de tener el candidato para llegar a ser sacerdote. (Se requiere desprendimiento), porque el sacerdote debe de tener unas actitudes especiales, porque es alguien que va a ayudar en la formación de las personas, va a administrar los sacramentos, a tratar con las cosas santas y a predicar la palabra de Dios y para eso debe de tener unas condiciones especiales, que son una promesas que va a tener que hacer”.
 
Recuerda, por ejemplo, que el sacerdote no va a poder casarse, tampoco tener hijos, ni una esposa como lo tiene un laico común y corriente. “Pues, ese es el desprendimiento que debe tener y es la obediencia que debe al Obispo”.
 
 
Convocatoria
 
Fidel PurisacaVigil indica que la convocatoria para postular al Seminario Mayor “Santo Toribio de Mogrovejo” es abierta, y que, además, no hay un tope de vacantes, pues quienes tienen vocación para el sacerdocio pueden postular y lo hacen jóvenes de Lambayeque, Cajamarca y de otras regiones.
“La Diócesis (de Chiclayo) está conformada por todo el departamento de Lambayeque con sus tres provincias, más la provincia de Santa Cruz, en Cajamarca. Todos los jóvenes que están enmarcados en ese territorio geográfico pueden tener acceso hacia este seminario”.
 

Ordenados sacerdotes
 
El padre Edinson William Alcalde Vílchez, es uno de los nuevos sacerdotes que el pasado 8 de diciembre recibió el Sacramento del Orden Sagrado que le fue conferido por el monseñor Robert Francis Prevost, obispo de Chiclayo.
 
Él recuerda que su vocación se fraguó al lado de una tía que frecuentaba el templo, y fue ahí donde él empezó a pedir ingresar al grupo de acólitos de su parroquia, reafirmando esa decisión con el paso del tiempo.
 
“Me acuerdo muy claro que estaba en la iglesia rezando, tenía 15 años y sentí en mi alma que el Señor me pedía ser sacerdote. Vi gente que esperaba para confesarse y no llegaba todavía el sacerdote y me dije: algún día estaré confesando”.
 
El sacerdote Edinson William Alcalde Vílchez ha realizado sus pastorales en las parroquias de Lambayeque, Zaña, Cayaltí y Andabamba.
 
César Kevin Noriega Delgado es otro de los diáconos ordenado sacerdote. Natural de Iquitos, ha realizado su vivencia pastoral en las parroquias de Oyotún, Nuestra Señora de Guadalupe y San Juan María Vianney de Chiclayo.
 
“Mi mayor alegría fue el día de mi ordenación sacerdotal, vocación confirmada el día de la imposición de manos por el Obispo, en la que le dije al Señor que esto es para siempre”, señala el sacerdote Kevin Noriega.
 
Finalmente, Elver Alexander Quispe Milián también fue ordenado sacerdote en diciembre de 2018. Nacido en el caserío San Lorenzo, distrito de Andabamba, provincia de Santa Cruz, descubrió su vocación en un cursillo vocacional organizado por el Seminario Santo Toribio de Mogrovejo para jóvenes de secundaria.
 
Él, tuvo la oportunidad de estar cerca al papa Francisco durante su visita a Perú en enero de 2018. “Después de recibir el diaconado me eligieron para asistir como diácono al papa Francisco en su visita a Trujillo. Pude estar tan cerca de ver a ese Cristo acá en la tierra, y palpé ese testimonio, humildad y sencillez del papa Francisco; es una alegría inmensa de estar junto al vicario de Cristo, poder saludarlo y poder hablarle”.
 

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