El cineasta peruano Mauricio Franco Tosso realiza el rodaje de su ópera prima, ‘Samichay, en busca de la felicidad’, en la provincia de Quispicanchis, Cusco. Esta es una película en quechua que cuenta como protagonista principal al actor puneño Amiel Cayo y hace una representación del choque del mundo rural con el mundo urbano.

 

‘Samichay, en busca de la felicidad’ es el primer largometraje de Mauricio Franco Tosso, peruano de largo recorrido en Europa, cuyo trabajo cinematográfico transita entre la ficción y el documental. Grabado a más de 4 mil metros de altura, es una película donde la palabra ‘Samichay’, que significa en quechua en busca de la plenitud y la felicidad, es el motor del protagonista.

 

“La película trata de Celestino (Amiel Cayo), un ermitaño campesino que vive solitario en las alturas de la sierra abandonado a su suerte. Entonces emprende un viaje junto con lo único que tiene: su vaca Samichay, de raza criolla, que en la actualidad están desapareciendo porque las razas de vacas actuales son más comerciales, pero se adapta muy bien en el ande. Ahí también encontramos uno de tantos choques de dos mundos”, detalla el director Mauricio Franco Tosso a la Agencia Andina.

 

Cabe señalar que Amiel Cayo es un actor puneño de importante trayectoria en el cine, además de artista plástico, músico e investigador. Amiel Cayo obtuvo importantes premios a nivel mundial por su actuación en la película ‘Retablo’.

 

“La película ‘Samichay, en busca de la felicidad’ cuenta con diversos hilos narrativos que se manifiesta en el choque de lo rural con lo urbano, no se propone una idealización de los andes como una postal. Es un híbrido cinematográfico con un proceso orgánico de concepción. Por ejemplo, hemos trabajado con los pobladores de la zona sin formación actoral que de pronto en un rodaje tradicional se habría complicado pero logramos desarrollar una estructura híbrida e interdisciplinaria exitosa”, comenta Mauricio Franco Tosso.