Moda&Estilo

CUANDO EL MAQUILLAJE SE HACE ARTE

Arnold Castro, el más solicitado maquillador del norte del país, confiesa inéditos pasajes de su vida personal y profesional y cómo construyó su éxito en base a las enseñanzas de su madre
Publicado el Martes, 02 de Octubre del 2018

Comunicador de profesión, pero el talento innato para el maquillaje en todas sus escalas hizo que cambiara la cámara, grabadora y agenda por las brochas, paletas y cosméticos.

Para Arnold Castro, el emprendimiento que le imprimió a su hoy exitosa carrera de maquillador es una historia singular y muy emotiva, la cual tiene como único pilar a su madre.

 

¿Cómo descubriste que lo tuyo era el maquillaje?

Fue sin pensarlo, porque ingreso a la universidad (Pedro Ruiz Gallo) a la carrera de Ciencias de la Comunicación, cuando de pronto, en el curso de fotografía publicitaria requerían de un maquillador para las sesiones con las modelos. Levanté la mano y dije: yo lo puedo hacer.

 

¿Ya dominabas este arte?

Había leído, revisado libros y revistas. En esa época (2009) no había tutoriales de Youtube como ahora. Me sabía los pasos de memoria.

 

¿Cómo fueron tus inicios?

Empecé a incursionar y comenzaron los comentarios positivos, sentía ese bichito raro dentro de uno…empezaba a gustarme lo que hacía. Hacía que cambie mi humor.

 

¿Y el auge que ahora tienes, cómo empieza?

De la nada me llamaron para maquillar, no tenía casi nada, pero maquillé a una chica y quedó linda, a todos les gustó. Luego me llamó una amiga de ella, luego otra y otra, pero seguía presentando mi currículo hasta que sin darme cuenta ya había vendido mi cámara de vídeo y fotográfica, la reportera para comprarme el poco maquillaje que pude.

 

Tu primer trabajo...

Me llamó Carlos Mendoza Canto para maquillar a los artistas de las obras de teatro. Luego un amigo me dijo que empezara a maquillar novias.

 

¿Cómo tomó tu familias tu paso de comunicador a maquillador?

A mi mamá (Flor Carrasco Fuentes) nunca le dije nada. Salía con una mochilita donde llevaba mis cosas que hasta ahora uso. Una vez un tío mío le dijo a mi madre que estaba maquillando, pero lo hizo en un tono de pecado. Un día mi mamá me dijo: ¿Arnold, estás maquillando?, que van a decir tus tías. Ella preocupada por la familia de mi padre, quien es fallecido y fue Policía. Ante esto le respondí que no me importaba. Hoy todos se desesperan porque los maquille.

 

¿Cuántas novias vas maquillando en tu vida?

Más de 500 novias maquilladas en 5 años 8 meses. En diciembre cumplo 6 años en el rubro. He viajado a maquillar a Colán, Vichayito, Piura, Cajamarca y Lima, también para proyectos audiovisuales en Huancavelica y Cusco.

 

¿Qué piensas de la sociedad machista?

Antes me sentía incómodo. Hoy te juro me da todo igual, no pienso en el qué dirán. Me enfoco en mi trabajo, me encanta lo que hago, lo disfruto.

 

¿Cuál es la mujer más famosa que maquillaste?

La Miss Perú 2016, Valeria Piazza. Fue un viernes, al día siguiente tenía que maquillar a una novia, tuve que hablar con ella para maquillarla tres horas antes de lo pactado.  A raíz de esto todos hablaban de mí. Luego me convocaron para maquillar a la bailarina nacional, Valeria Masías.

 

¿Quién es Arnold Castro?

Una persona dedicada y apasionada al campo de la belleza, especialmente a las novias. El maquillaje y peinado para las novias, ese es mi público objetivo. Logré consolidarme sin proponérmelo, hacer bien mi trabajo es mi inspiración.

 

¿Y cómo es Arnold Castro?

No soy de tomarme selfie, no voy a discotecas, no hago vida social, cuido mucho mi trabajo. Disciplina y alcanzar la perfección es lo que siempre busco.

 

¿Tu próximo proyecto?

Tener mi estudio de maquillaje, un espacio donde tenga personal dedicado a puerta cerrada, donde las novias reserven una cita para poder evaluar previamente a cada una.

 

¿Qué marcó tu vida?

La muerte de mi padre. Murió trágicamente. Eso fue un antes y después brutal en mi vida. Mi mamá asume esos dos roles. Económicamente llegaron momentos difíciles y es algo que hoy valoro. En cada cosa que hago están las enseñanzas de mi madre.  Si estuviera la figura de mi padre quizá nada de esto se habría dado, porque era un policía con el régimen machista clásico, pero no puedo hablar de supuestos. Hoy soy lo que soy, por los sucesos de ayer. Todo pasa por algo.

    

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