Al término de otro mes, el desorden reina en el centro de abasto por la inevitable presencia de vendedores informales.

El interior y exterior del mercado Modelo de Chiclayo continúa saturado por el comercio ambulatorio, pese a que en anteriores años la comuna chiclayana fue emplazada a cumplir un mandato judicial. Como se recuerda, en el año 2006, el Ministerio Público, a través de la Fiscalía Provincial Civil, inició una demanda de acción de cumplimiento basada en criterios técnicos de Defensa Civil a fin de recuperar el libre tránsito adyacente en el mercado Modelo de Chiclayo, en la cual se obtuvo sentencia favorable que tiene que ser cumplida por la Municipalidad Provincial de Chiclayo (MPCH).

DESORDEN

La Industria realizó, ayer por la mañana, un recorrido por el citado centro de abasto, donde se verificó que comerciantes informales se sitúan con su mercadería en las vías adyacentes al mercado y en los pasadizos internos.

Ante la falta de control y fiscalización del comercio ambulatorio, el desorden invade al mercado Modelo en uno de los días más concurridos. Al interior del mercado, los vendedores informales transitan con sus productos, mayormente ropa y frutas, que ofertan a los usuarios, además se ubican en los pasillos céntricos y obstaculizan la circulación de los consumidores. Similar panorama se percibe en los alrededores del mercado, donde varios ambulantes instalan en las veredas y pistas sus sombrillas, maniquíes y mesas para expender sus productos (prendas de vestir, zapatillas, entre otros).

De esta manera, se impide un adecuado tránsito no solo para los transeúntes, sino para los vehículos. Algunos ciudadanos deben caminar por las pistas eludiendo a los carros y, sobre todo, verificando si existe algún personal de fiscalización para presentar su reclamo.

Asimismo, los vendedores informales se mantienen alerta respecto a la presencia de personal edil a fin de poder retirarse, pero luego vuelven a seguir vendiendo. Esta situación genera malestar también en los comerciantes formales, quienes se ven perjudicados en sus ventas por la informalidad que sigue reinando en el centro de abasto.