Con el último escándalo relacionado a corrupción, presuntamente instaurado en la Municipalidad Distrital de La Victoria y el Gobierno Regional de Lambayeque, la población está sumida en la desesperanza y el pesimismo, situación que sumada a otros ingredientes es muy perjudicial para la sociedad, pues la puede llevar a tomar decisiones equivocadas.

 

“En primer lugar es lamentable la situación que vive Lambayeque, a nivel nacional somos un referente que nuestras principales autoridades están cayendo en corrupción, problema que venimos viviendo desde Roberto Torres”, expresó el decano del Colegio de Sociólogos, Juan Dávila Cisneros.

 

Indicó que se pensaba que ya no iba a pasar más hechos de esta naturaleza, con dos alcaldes presos y con la imagen de Chiclayo venida a menos, pero no fue así. Anotó que la percepción del ciudadano de a pie, es pensar que las autoridades son delincuentes y corruptas, por lo tanto, ellos no tienen por qué acatar las normas tampoco, lo cual es una muy mala señal.

 

“Cómo le pedimos al ambulante, a la persona común que respete el orden, que se ponga mascarilla, que guarde el distanciamiento, qué imagen tiene en su cabeza, que las autoridades hacen peores cosas”. Indicó que las personas lo asocian así y ese impacto es lo más lamentable.

 

“Somos una región en los primeros lugares del ranking de corrupción. No solamente alcaldes, ahora gobernador y un proceso contra congresista; básicamente se estaría diciendo que en Lambayeque todos han cometido actos de corrupción, como dando a entender que nadie se salva”, dijo y se preguntó en qué momento va a parar, pero si con dos a tres detenidos que habían antes, las malas acciones continúan, ya no se sabe qué vendrá.

 

A su turno, el decano del Colegio de Psicólogos de Lambayeque, Maximiliano Plaza Quevedo, refiriéndose a qué pasará, en tono irónico dijo que “como siempre no pasará nada, mientras Chiclayo no se ponga de pie seremos un hipo a nivel nacional”. Anotó que lo único que hace este tipo de actos es crear un sentimiento de desconfianza más profundo y eso está haciendo que la gente se aísle de la política, de la confianza básica, de las relaciones, ya que hay un sentimiento tremendo de desesperanza no de ahora, porque la corrupción es un mal que tiene varios años.

 

Para Plaza, es necesario reformar la educación; “el sistema educativo solo brinda conocimientos y razón, pero se han descuidado los valores, no hay un sentido de control personal y no hay buena toma de decisiones”. Recalcó que hay que dar énfasis al reforzamiento de valores con una visión optimista del futuro. “La situación es tremenda, con qué cara te enfrentas a las nuevas generaciones”, argumentó.

 

“Veo que se está imponiendo el sentimiento de desesperanza y pesimismo, que con otros condimentos más, va a traer como consecuencia un desborde, porque nadie cree en nada y cuando un pueblo no cree en nada le hace tomar decisiones que no son las mejores ni más acertadas”, puntualizó.