“Somos conscientes que la prioridad en el país y en el mundo es atender la salud de los ciudadanos amenazados por este terrible virus pandémico, que ataca por igual a todo el mundo destruyendo vidas, familias, amigos y la economía de las naciones y generando índices alarmantes de pobreza”, precisa César Maguiña Gómez del Instituto Americano de Investigación y Conservación.

Pero también se debe ser consciente que después de esta “guerra” viral habrá que reconstruir a la sociedad adaptándonos a nuevos cambios que en vida no pensábamos realizar, así como restituir valores perdidos, agrega.

Uno de los temas que pasa inadvertido es el estado actual del patrimonio cultural material, mueble e inmueble, principalmente ubicados en los espacios públicos, parques, jardines, arte rupestre que son los más susceptibles a daños irreversibles por falta de mantenimiento y otros por desconocimiento en su tratamiento y protección como bien cultural, advierte Maguiña Gómez.

Con el objeto de tener una idea más clara sobre su clasificación, explica que el patrimonio cultural material se divide en patrimonio mueble e inmueble. El primero se refiere a todos los objetos como son las esculturas, pinturas, cerámicas, textiles, documentos históricos, mobiliario, etc. generalmente concentrados en las iglesias, archivos, museos. En cuanto a los bienes culturales ubicados en los espacios públicos, son las esculturas en bulto y bajo o alto relieve de metal, piedra, estucos, mármol, fibra de vidrio y pinturas murales.

Precisa que la conservación del patrimonio cultural también es importante. “Primero tomar las medidas adecuadas para su preservación y protegerlas para el futuro, es una fuente que genera puestos de trabajo a través de la conservación y turismo, que van a incidir en la recuperación de la economía local, nacional, regional y mundial, afectada por el nuevo coronavirus que azota a la humanidad”.

Recomendaciones

para la preservación

En esta época de pandemia cuya prioridad es la protección de la sociedad en su conjunto, César Maguiña sostiene que también es importante la protección de los bienes culturales, considerando que el patrimonio cultural es un bien no renovable y cualquier acción sobre él debe de ser adecuadamente apropiada para evitar un daño irreversible, tanto para los bienes que se encuentran en los espacios públicos, así como los que se encuentran en las colecciones y museos.