El resurgimiento del tenis peruano tiene nombre propio: Juan Pablo Varillas. El joven exponente logra que el país se vuelva a emocionar con un deporte que ya sabe de momentos gloriosos cuando Jaime Yzaga, Luis Horna, Pablo Arraya o Alejandro Olmedo llevaron a la raqueta peruana a codearse con los mejores del mundo.
A sus 24 años, Juan Pablo es el exponente nacional mejor ubicado en el mundo. En la actualidad ocupa el puesto 135 en el ranking ATP y tiene muchas opciones de meterse al top 100. Este avance se debe al crecimiento plasmado en un año y que tuvo su punto máximo en los Juegos Panamericanos Lima 2019, al ascender al podio tras conseguir la medalla de bronce junto a Sergio Galdós en dobles.
Por estos días, Varillas se encuentra en el Perú acatando la cuarentena ordenada por el Gobierno para hacer frente a la pandemia del coronavirus. Dejó, por un momento, su rutina de permanecer más tiempo fuera compitiendo en diferentes torneos en el mundo.
Varillas no olvida que la experiencia vivida en Lima 2019 ayudó para mejorar su juego y fue vital en el ascenso rápido en el ranking.
“Fue un inicio de sentirme diferente en la cancha y eso lo logré gracias a Lima 2019. Eso me permitió subir en el ranking y ganar en confianza. Luego de los Juegos, gané tres torneos, tuve dos semifinales y llegué a octavos en otros dos certámenes”, señaló.
Punto de quiebre
Tras su participación en los Juegos Panamericanos, Juan Pablo ganó los torneos ITF en Trieste, Italia y los ATP Challenger de Campinas, Brasil y Santo Domingo, República Dominicana. En los ATP Challenger de Lima y Guayaquil, llegó hasta las semifinales.
“Lima 2019 fue un punto de inflexión para mi carrera. Me ayudó mucho para tener mi mejor año en competencias. En los Panamericanos tenía el puesto 350 y terminé el año 2019 en el 140. Ahora estoy en el 135. Tuve un salto de calidad y de juego para un ascenso increíble. Fue un cambio abismal en mi accionar”, explicó sobre su buen momento.
El joven tenista está seguro que la mejora en el juego se debe mucho un tema mental. Ahora entra al campo de juego confiando más en su capacidad que en la del rival.
Sueño olímpico
En los próximos días el deportista nacional recibirá un informe sobre la realización de torneos tenísticos en lo que resta del año. La mayoría de ellos se deben disputar en Estados Unidos y países de Europa, naciones que son duramente golpeados con el covid-19.
Pese a ello, Varillas tiene un sueño que quisiera cumplir en el corto plazo: llegar a los Juegos Olímpicos Tokio 2020, que se disputarán en el próximo año.
“Clasificar a Tokio 2020 es uno de mis objetivos por lograr. Todavía no sabemos cómo será la clasificación, pero ojalá que haya el tiempo para lograr un cupo. Han pasado muchos años desde que un tenista peruano no está en unos Juegos Olímpicos”, afirmó.
El deportista también es consciente que debe mejorar en muchos aspectos técnicos para aspirar estar entre los mejores del mundo.
“Me falta mejorar la bolea. Mi juego es más de fondo. Me siento cómodo jugando atrás, soy bastante parejo en eso y mi revés es sólido. Si no tienes una buena técnica, tendrás un techo bajo. Hay que tener mucha mentalidad para jugar en el mejor nivel”, señaló.
Juan Pablo Varilla tiene como superficie favorita al polvo de ladrillo. El 90% de tenistas sudamericanos se desempeñan mejor en esa cancha.
Durante la cuarentena el tenista leyó libros, preparó postre, analizó resúmenes de torneos para corregir errores y trabaja con un sicólogo para mejorar el tema mental
Fue artífice del triunfo de Perú ante Suiza que le permitió clasificar al Grupo Mundial I de la Copa Davis. Ahora ya piensa en Bosnia, el siguiente rival de la Blanquirroja.