Mike Tyson es una de las personalidades más controvertidas del mundo del deporte. El ex boxeador pasó del cielo al infierno. A lo largo de su carrera supo lo que es la gloria y también conoció la cara más sombría de la vida.
“¿Recuerda cuál fue el punto más bajo de su vida, donde pensó que no valía la pena vivir?”, fue la pregunta de Robin Leach para Las Vegas Weekly.
“Esto es realmente oscuro. Yo estaba en la suite de mi hotel con siete mujeres allí, tenía un goteo de morfina, y había tomado mi cocaína. Consumí mi Cialis (píldora como viagra), fumé mi marihuana, y tomé el Hennessy (coñac)”, recordó el legendario deportista acerca de un episodio que había ocurrido en 2009.
“Estaba en mi punto más bajo. Me puse paranoico y pensé que esas mujeres estaban tratando de robarme y acosarme. Comencé a golpearlas. Estaba en un lugar oscuro", se lamentaba tres años más tarde.
“Ese es mi demonio, quedé encerrado solo. No había nadie allí que me diga que estaba haciendo demasiado. El demonio ganó. Los eché a todos. ¡Oh, hombre! Estoy muy agradecido de estar aquí. Mi corazón debería haberse roto”, exclamó en medio de la entrevista y agregó: “Estaba sudando completamente despierto. No más cocaína. No más. Tres años limpio”.
Recientemente Mike Tyson rompió en llanto durante una emotiva entrevista en la que aseguró sentirse vacío después de abandonar el mundo pugilístico: “Sé lo que es el arte de la lucha, sé lo que es el arte de la guerra. Por eso me temían cuando estaba en el ring, porque era un aniquilador. Nací para eso, pero ahora esos días se han ido. Estoy vacío. No soy nada”.
Esta semana, fue el ex sparring Big Joe Egan el que humanizó a aquella fiera: “Mike es un ser humano, no es una máquina. Tenía las mismas emociones que su oponente” y agregó: “En el vestuario solía pasar por horribles emociones de miedo”.
EL DATO
Hace unos días, el ex campeón de los pesos pesados de 53 años recordó varias anécdotas viejas, ante las consultas de los fans y entre ellas explicó por qué lleva un tatuaje en el rostro desde los 17 años. “Es un dibujo maori, los guerreros maoríes se tatuaban todo el cuerpo antes de ir a las batallas y me pareció algo sensacional”.