Escritores peruanos rescatan el valor que tuvo Ernesto Cardenal en las letras de América Latina y, en especial, en los autores de nuestro país.
El escritor Enrique Sánchez Hernani recordó que a fines de 1970, cuando llegó en representación del Frente Sandinista de Liberación Nacional, era ya una celebridad, pero no dejaba de ser humilde.
Contó que hizo un periplo por universidades, y que concluyó su gira con un recital en la Concha Acústica del Campo de Marte. “Es uno de los mejores lectores que he escuchado”, aseveró.
“Era una especie de orador religioso y actor en escena que estremecía a la gente”, rememoró Sánchez Hernani.
Señaló como una de las grandes influencias de Cardenal al religioso católico norteamericano Thomas Merson.
El expresidente de la Academia Peruana de la Lengua Marco Martos coincidió con esa afirmación y recalcó que se acentuó cuando el nicaragüense tomó los hábitos.
Martos dijo que supo combinar lo religioso con lo político y artístico. Hizo un símil con el religioso peruano Gustavo Gutiérrez y su Teología de la Liberación.
Añadió que no obstante “ser ministro de Cultura, nunca abandonó la poesía”. Manifestó que no se dejó seducir por “las mieles del poder”.
Sencillez
Por su parte, la poeta Doris Moromisato recordó la visita de Cardenal a la selva del Perú a inicios de este siglo. Ella mencionó que el nicaragüense llegó a Iquitos como parte de un encuentro de escritores.
Destacó la humildad que mostraba no obstante ser la personalidad distinguida de la delegación. Contó como anécdota que lo acompañó a desayunar en un mercado porque “quería probar lo que comían los pobres del lugar”.